Manuela Cano
El líder de izquierda Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva tomó juramento este 1 de enero como presidente de Brasil. Con 77 años, el político recibe las riendas del país con promesas que abarcan desde la lucha contra el hambre, la protección de las comunidades indígenas y alcanzar la deforestación cero en la Amazonía.
‘Lula’ fue recibido en el Parlamento. Allí tomó el juramento constitucional frente a todo el poder político nacional y representantes de medio centenar de países.
El ahora presidente de Brasil se dirigió a los congresistas y al pueblo: “Es la tercera vez que comparezco ante este Parlamento para agradecer al pueblo brasileño», comenzó ‘Lula’.
El izquierdista afirmó que la «democracia triunfó» en las elecciones presidenciales. Unas que, según dijo, llegaron después de una enorme campaña de desacreditación y de mentiras por parte de su rival, Jair Bolsonaro, y sus seguidores.
“A pesar de todo, la decisión de las urnas prevaleció gracias a un sistema electoral internacionalmente reconocido por su eficacia”, señaló.
Posteriormente el mandatario se dirigió al Palacio del Planalto. Allí lo recibió una multitud vestida de rojo. A diferencia de investiduras anteriores y ante el viaje de Jair Bolsonaro a Estados Unidos, varios representantes del pueblo brasileño le pusieron la banda presidencial.
Frente a sus seguidores el presidente dio un segundo discurso en el que aseguró: “Hoy es uno de los días más felices de mi vida”. Y siguió: “Mi gratitud a ustedes que enfrentaron la violencia política antes y durante la campaña electoral, que ocuparon las redes sociales y que ocuparon las urnas debajo del sol y la lluvia”.
Un grupo de representantes del pueblo brasileño puso la banda presidencial a ‘Lula’. © Sebastiao Moreira / EFE
Una alocución que también comenzó con una metáfora. «Somos un único pueblo, una gran nación, somos brasileños y brasileñas, nosotros no desistimos jamás aunque nos arranquen todas las flores, pétalo por pétalo, nosotros siempre sabemos que la primavera siempre llegará y la primavera ya llegó», declaró.
El izquierdista se notó conmovido e incluso rompió en lágrimas. ‘Lula’ recalcó que luchará por combatir toda clase de desigualdad «día y noche».
«Desgraciadamente llegamos a un punto que yo pensaba que ya estaba enterrado, la desigualdad y la extrema pobreza volvió a crecer, el hambre está de vuelta», aseguró ‘Lula’. Y añadió: «El hambre es hija de la desigualdad…Nadie es feliz en medio de tanta desigualdad.»
La lucha contra el hambre, pilar de las promesas del nuevo Gobierno
El exlíder sindicalista aseguró que tendrá que volver a uno de sus principales compromisos de vida: luchar para que cada brasileño tenga tres comidas al día. Señaló que el regreso del hambre en el país es «una muestra de la devastación de Brasil.»
Para ello, el izquierdista se refirió a uno de sus programas más importantes, ‘Bolsa Familia’. ‘Lula’ aseguró que será «será más amplia y más justa» y que se implementará para rescatar a buena parte de Brasil del hambre y de la pobreza.
El nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, gesticula mientras jura su cargo en el Congreso Nacional, en Brasilia, Brasil, el 1 de enero de 2023.
El nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, gesticula mientras jura su cargo en el Congreso Nacional, en Brasilia, Brasil, el 1 de enero de 2023. © Reuters
«Nuestras primeras acciones apuntan a rescatar del hambre a 33 millones de personas y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileñas y brasileños, que soportaron la más dura carga del proyecto de destrucción nacional que hoy se cierra», declaró ‘Lula’.
UN COMPROMISO CON LA DEMOCRACIA
Buena parte del discurso de ‘Lula’ estuvo dedicado a la celebración de la democracia del país y también a su promesa de luchar por ella durante su mandato.
«Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña», señaló.
Igualmente se refirió al «frente amplio» que lo llevó al poder. Aseguró que entendió que debe gobernar en consonancia con este que se formó para «luchar contra el autoritarismo».
“No tenemos ningún ánimo de revancha frente a los que quisieron destruir la nación», sentenció.
BRASIL COMO POTENCIA ECONÓMICA Y MEDIOAMBIENTAL
El presidente prometió una permanente subida del salario mínimo y acabar con el «desastroso aumento de las filas del desempleo».
Posteriormente, señaló que «Brasil es muy grande para renunciar a ser una nación productiva». Y añadió que el país debe estar en primera línea de la economía global.
Por otro lado, se refirió a una de sus más grandes metas: luchar por el medio ambiente. «Brasil tiene una gran potencia para convertirse en un referente mundial medioambiental», aseguró. Para ello se puso el objetivo de alcanzar la deforestación cero en la Amazonía.
No podemos admitir que (la Amazonía) sea una tierra sin ley, no vamos a tolerar la degradación del medio ambiente que tanto mal ha hecho a nuestro país», manifestó.
En su discurso no dejó de referirse a varias de las comunidades más vulneradas del país. Prometió saldar deudas con las comunidades indígenas, luchar contra el racismo y trabajar por la eliminación de la violencia a las mujeres.
El izquierdista esbozó un cambio de paradigma con respecto a las políticas frente a las armas que había adoptado el expresidente Bolsonaro. «Estamos reformando los decretos sobre el crimen y la seguridad pública. Brasil no quiere armas para el pueblo, quiere seguridad y educación para que el país pueda ser más justo”, afirmó.
Respecto al mandato ultraderechista que terminó con su posesión, ‘Lula’ también criticó duramente las acciones de Bolsonaro sobre la emergencia por el Covid-19. Lo catalogó de adoptar una actitud «negacionista» y «criminal».
Brasil se vio especialmente golpeado por la enfermedad: en el país murieron casi 695.000 personas por el virus. «En ningún otro país la cantidad de víctimas mortales fue tan alta proporcionalmente a la población», detalló.
Unas cifras que lo llevaron afirmar que el manejo de la pandemia del gobierno saliente fue un «genocidio». Por lo que, según dijo, los responsables no pueden quedar impunes.
EL REGRESO DEL PAÍS A LA ESCENA INTERNACIONAL
Por otro lado, ‘Lula’ dijo que buscará devolver a Brasil a la escena internacional. “Nuestro protagonismo retomará la integración a partir del Mercosur, con la revitalización de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y otras instancias soberanas», aseguró.
También se refirió a su búsqueda de rehacer los lazos con Estados Unidos y Europa, así como con los países asiáticos y africanos.
En ese sentido, se comprometió a romper con «el aislamiento al que fue sometido Brasil en los últimos años».
‘Lula’ terminó su discurso asegurando: «Mi más importante misión será honrar la confianza recibida y responder al pueblo de Brasil que nunca perdió la capacidad de luchar contra los desafíos».
LULA: LAS LAPIDARIAS FRASES CONTRA BOLSONARO EN SU DISCURSO DE ASUNCIÓN COMO PRESIDENT
BBC News Mundo
El discurso duró 31 minutos, pero sus repercusiones se extenderán por un tiempo mucho más prolongado.
El nuevo presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, habló en la toma de posesión -que tuvo lugar en el Congreso- de la democracia, el hambre, la deforestación, pero dedicó además muchos de esos 31 minutos a criticar la situación en que dejó el país su antecesor, Jair Bolsonaro.
Lula calificó el gobierno bolsonarista como un «proyecto de destrucción nacional», en un Congreso donde los partidarios del exmandatario son mayoría (el Partido Liberal de Bolsonaro tiene la mayor bancada de diputados: 99 de los 513 escaños).
El líder del Partido de los Trabajadores dijo que asume un país en «terribles ruinas» con una situación de «desastre» social y económico. Añadió que el diagnóstico que recibió de los encargados de la transición con el gobierno anterior «es espantoso».
«Hubo una destrucción del Estado en nombre de supuestas libertades individuales«, dijo sobre lo ocurrido durante los años en que gobernó Bolsonaro.
«Vaciaron los recursos destinados a la salud. Desmantelaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública, protección forestal, asistencia social», añadió.
El nuevo presidente -que gobernará por un tercer mandato de cuatro años luego de haber estado en el cargo entre 2003 y 2010- dijo que Bolsonaro y sus funcionarios «dilapidaron las empresas estatales y los bancos públicos» y «entregaron el patrimonio nacional».
«Los recursos del país fueron saqueados para satisfacer la codicia de los rentistas y accionistas privados de las empresas públicas», acusó.
Bolsonaro no asistió a la ceremonia de asunción de Lula. En cambio, viajó horas antes a Estados Unidos.
Su sucesor insistió que su gobierno no será «revanchista», pero aseguró que «los que se equivocaron responderán por sus errores».
Otros temas
En su discurso, donde dijo que la democracia había sido la «gran vencedora» de las elecciones, Lula aprovechó para analizar otras problemáticas que aquejan a Brasil como la miseria, la violencia y la deforestación de la Amazonía.
«Nuestras primeras acciones pretenden rescatar a 33 millones de brasileños del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños», señaló el mandatario.
Con respecto a la inseguridad en el país, se comprometió a revocar los decretos penales que amplían el acceso a armas y municiones.
«BRASIL NO QUIERE MÁS ARMAS; QUIERE PAZ Y SEGURIDAD PARA SU PUEBLO», AFIRMÓ.
Con respecto a la política ambiental, el mandatario se comprometió a alcanzar la meta de «deforestación cero» en la Amazonía y de terminar con la emisión de gases de efecto invernadero en la producción eléctrica.
«Brasil no necesita deforestar para mantener y ampliar su frontera agrícola estratégica», dijo Lula.
Por último, insistió que no permitirá los ataques contra los pueblos indígenas ni contra la naturaleza.
«No toleraremos la violencia contra los pequeños, la deforestación y la degradación del medio ambiente, que tanto daño han hecho ya al país», aseguró.
‘LULA’ DA SILVA, EL REGRESO DEL LÍDER HISTÓRICO DE LA IZQUIERDA EN BRASIL
El líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva habla en una manifestación contra las reformas del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, en Brasilia, Brasil, el 26 de agosto de 1999. AP – Beto Barata
Por: Álvaro Cordero
En France 24 repasamos la historia del joven de familia humilde que se transformó en líder sindical, aspiró a la presidencia y, tras tres intentos fallidos, se convirtió en el primer presidente de orígenes obreros de su país. Y cómo desde la cima de su popularidad cayó al ostracismo por acusaciones de corrupción, para que tiempo después su figura renaciera y ganara las elecciones presidenciales a Jair Bolsonaro este 2022.
La victoria de Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva en las elecciones presidenciales de Brasil de 2022 es un nuevo capítulo en la vida de este carismático líder de la izquierda latinoamericana. Una figura fundamental en la historia política y social reciente de su nación que vuelve a la presidencia 12 años después con la promesa de «reconstruir» su país.
‘Lula’ da Silva es el séptimo hijo de una familia extremadamente humilde del estado de Pernambuco. Nacido en 1945, emigró junto a sus familiares al estado de Sao Paulo siendo un niño y desde una temprana edad tuvo que abandonar la escuela. ‘Lula’ trabajó desde niño como vendedor ambulante y limpiabotas, hasta que a los 15 años aprendió el oficio de tornero en la industria metalúrgica. Una profesión que lo acercaría al sindicalismo y le formaría su visión política.
Una vida ligada al sindicalismo y la lucha contra la dictadura que lo llevó a la política
Con 23 años, se involucró en el Sindicato de Metalúrgicos y comenzó una lucha por los derechos laborales de un sector tan precario como el metalúrgico, que incluso lo llevó a perder su dedo meñique mientras trabajaba. Además, sus reivindicaciones laborales fueron de la mano con el rechazo a la dictadura militar que se hizo con el poder en Brasil tras un golpe de Estado en 1964, algo que lo convertiría en una figura reconocida a nivel nacional entre la clase trabajadora.
En esa búsqueda de la democracia, ‘Lula’ fue uno de los encargados de fundar el Partido de los Trabajadores en 1980 y se convirtió en su líder gracias al gran carisma que demostró en las huelgas y manifestaciones multitudinarias al realizar discursos. Su lucha política lo llevó incluso a ser condenado por la dictadura, aunque tras la vuelta de la democracia en 1986, pudo ser elegido diputado.
Durante estos años, ‘Lula’ da Silva se convirtió en el principal opositor al oficialismo, llegando a postularse en tres elecciones seguidas entre 1989 y 1998. Sin embargo, perdió esos comicios debido a que su partido, que era de corte trotskista, se presentaba con propuestas consideradas como «radicales» por la clase media brasileña.
Algo que hizo que, con el tiempo, ‘Lula’ moderase su propuesta para ganar fuerza política a partir de finales de los años 90, en medio de la crisis económica que vivía Brasil. Así hablaba ‘Lula’ del gobierno de Fernando Henrique Cardoso en 1998: «El Presidente de la República está mintiendo a la sociedad brasileña. Sólo sabe atender a los intereses de los especuladores internacionales y la política de aumento de las tasas de interés. Eso significa más desempleo, quiebra de las industrias y de la agricultura. Hará a los ricos más ricos y a los pobres más pobres.»
El primer presidente de orígenes obreros implementó políticas para ayudar a los más pobres
La promesa política de ‘Lula’ siempre giró en torno a la mejora de la calidad de vida de los millones de pobres que hay en Brasil, una de las naciones más desiguales del mundo. Su discurso cobraba mucho sentido por su pasado humilde e hizo que ganara las elecciones, tras tres intentos fallidos, en el año 2002. ‘Lula’ se convirtió en el primer presidente de orígenes obreros en ser elegido en su país.
Su gobierno se centró en promocionar varios programas de ayudas sociales para las personas más pobres. De todos ellos, el más reconocido fue ‘Bolsa Familia’, un auxilio básico que proporcionaba unos 30 dólares mensuales a casi el 25% de la población. Su aplicación fue muy positiva y se estima que estas medidas sacaron de la pobreza a unos 30 millones de personas.
Un éxito que fue acompañado de un crecimiento económico muy importante gracias al auge de las exportaciones de materias primas. ‘Lula’ obtuvo una gran aprobación que hizo que fuera reelegido en 2006 y que, a nivel internacional, Brasil ganara gran reconocimiento y se convirtiera en un referente en América Latina y entre las economías en desarrollo.
El legado de ‘Lula’ fue recogido desde 2010 por su sucesora Dilma Rousseff, pero fue a partir de su retirada de la política, cuando los problemas surgieron. Su partido se vio involucrado en numerosos escándalos de corrupción, Dilma sufrió un proceso de destitución por parte del parlamento en el año 2016 y el mismo ‘Lula’ fue acusado de lavado de dinero y corrupción pasiva en el marco de una trama llamada ‘Lava Jato’ que implicó a decenas de empresas y políticos brasileños. Esto llegó a golpear duramente a su reputación y al Partido de los Trabajadores.
Estas sospechas hicieron que el juez Sergio Moro lo llevara a la cárcel por más de 500 días y lo apartara de poder ejercer como político. Aunque, en 2019, ‘Lula’ abandonó la prisión después de que se declarara improcedente su reclusión y que todas las denuncias que tenía en su contra fueran suspendidas o archivadas por un defecto de forma. El Supremo Tribunal de Brasil consideró que el juez Sergio Moro prevaricó contra ‘Lula’ y le coartó su libertad, por lo que todas las investigaciones por corrupción se eliminaron. Aunque nunca se llegó a saber si ‘Lula’ era culpable o inocente de ellas.
LA SALIDA DE PRISIÓN Y SU ‘RESURRECCIÓN’ COMO LÍDER DE LA IZQUIERDA
Tras su liberación, ‘Lula’ se postuló como la opción favorita para plantarle cara al presidente Jair Bolsonaro. Algo que finalmente ocurrió. Tras una campaña marcada por la polarización y el enfrentamiento político, ‘Lula’ consiguió imponerse al presidente ultraderechista Jair Bolsonaro y acceder a un tercer mandato con un discurso en el que se buscó confrontar las políticas ultraconservadoras y volver a los años dorados de su presidencia.
Sin embargo, esto no será fácil, ya que el Brasil en el que ha ganado ‘Lula’ en 2022 no es el mismo que el que obtuvo la victoria en el año 2002. Ya que el país está muy polarizado y el ‘bolsonarismo’, su principal rival político, ha demostrado que llegó para quedarse.