LA COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS TIENE EL COMPROMISO DE IMPULSAR LA INTEGRACIÓN REGIONAL 

LA COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS TIENE EL COMPROMISO DE IMPULSAR LA INTEGRACIÓN REGIONAL 

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños –CELAC- fue creada en 2010, con la decidida iniciativa de Cuba. Se trata de un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política, sin la participación de Estados Unidos. Está integrada por los 33 países de América Latina y el Caribe con el compromiso de avanzar en el proceso gradual de integración de la región, haciendo un sabio equilibrio entre la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los más de 600 millones de habitantes de América Latina y el Caribe.

Si la CELAC fue creada en el año 2010, se puede considerar que su puesta en marcha, fue en el mes de diciembre de 2011. Desde entonces, la CELAC “ha contribuido a profundizar el diálogo respetuoso entre todos los países de la región, en temas como el desarrollo social, la educación, el desarme nuclear, la agricultura familiar, la cultura, las finanzas, la energía y el medio ambiente.  Asimismo, ha promovido que América Latina y el Caribe se asuma a sí misma como una comunidad de naciones, capaz de dialogar y de buscar consensos en temas de interés común.

La CELAC constituye la voz central de la región en temas de consenso al ser el único interlocutor que puede promover y proyectar América Latina y el Caribe en la discusión de los grandes temas globales, con el objetivo de buscar una mejor inserción de la región en el ámbito internacional.

La CELAC está integrada por Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, San Cristóbal y Nieves, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Mancomunidad de Dominica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

Fue Cuba con Fidel Castro quien promovió la creación de la CELAC y fue Raúl Castro el que determinó la visión de la Patria Grande al decir que “debe ser prioridad la creación de un espacio político común, en el que avancemos hacia el logro de la paz y el respeto entre nuestras naciones.»

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños es, en la actualidad, una Organización regional intergubernamental de países de América Latina y el Caribe. Nació de la unión de dos importantes espacios de reunión en América Latina: el Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC).

Sin duda, la CELAC compuesta por 33 países, representa el presente y futuro de más de 600 millones de habitantes. Ahora es la organización más importante que está convocada a ser el presente y futuro en la indispensable integración de los pueblos que tienen una cultura similar y problemas económicos, políticos y culturales casi comunes. Así:

  • Sus economías representan la 3ra más grande e importante a nivel mundial (6,06 billones).
  • El PIB alcanzado superó la media a nivel mundial (3.1%).
  • Posee la quinta parte de las reservas mundiales de petróleo.
  • Alberga casi el 50% de bosques tropicales del planeta.
  • Posee más de 30% del agua dulce del mundo.
  • Más de 73 millones de personas salieron de la pobreza.
  • 91% de la población con más de 15 años está alfabetizada.

La CELAC puede resumirse de la siguiente manera:

    Es un mecanismo de diálogo y concertación política.

    Es un mecanismo articulador, que trabaja sobre la base del consenso.

    Es un foro que avanza sobre la convergencia de acciones e intereses comunes.

    Es una plataforma que facilita una mayor presencia de nuestra región en el mundo.

    Es un espacio para hacer frente a desafíos comunes.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es:

  •     Un organismo que avanza en América Latina
  •     Objetivos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
  •     Estrategias comunes

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños es un organismo intergubernamental de ámbito regional, constituido por los Jefes de Estado y de Gobierno de los países de América Latina y el Caribe, reunidos en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, conformada por la XXI Cumbre del Grupo de Río y la II CALC (Cumbre de América Latina y del Caribe sobre Integración y Desarrollo), en la Riviera Maya, México, los días 22 y 23 de febrero de 2010.

Su finalidad es “avanzar de manera decidida hacia una organización que agrupe a todos los Estados de América Latina y El Caribe… Reafirmando la necesidad de realizar esfuerzos, con nuestros pueblos, que nos permitan avanzar en la unidad y en la integración política, económica, social y cultural, avanzar en el bienestar social, la calidad de vida, el crecimiento económico y promover nuestro desarrollo independiente y sostenible, sobre la base de la democracia, la equidad y la más amplia justicia social.”

Se fundamenta en los siguientes principios y valores comunes: el respeto al derecho internacional; la igualdad soberana de los Estados; el no uso ni la amenaza del uso de la fuerza; la democracia; el respeto a los derechos humanos; el respeto al medio ambiente, tomando en cuenta los pilares ambiental, económico y social del desarrollo sustentable; la cooperación internacional para el desarrollo sustentable; la unidad e integración de los Estados de América Latina y el Caribe; y un diálogo permanente que promueva la paz y la seguridad regionales. Y se basa en la solidaridad, la inclusión social, la equidad e igualdad de oportunidades, la complementariedad, la flexibilidad, la participación voluntaria, la pluralidad y la diversidad.

Sus Estados miembros son: Antigua y Barbuda; República Argentina; Mancomunidad de las Bahamas; Barbados; Belice; Estado Plurinacional de Bolivia; República Federal de Brasil; República de Chile; República de Colombia; República de Costa Rica; República de Cuba; República Dominicana; Mancomunidad de Dominica; República del Ecuador; República de El Salvador; Granada; República de Guatemala; República Cooperativa de Guyana; República de Haití; República de Honduras; Jamaica; Estados Unidos Mexicanos; República de Nicaragua; República de Panamá; República del Paraguay; República del Perú; Santa Lucía; Federación de San Cristóbal y Nieves; San Vicente y las Granadinas; República de Surinam; República de Trinidad y Tobago; República Oriental del Uruguay; República Bolivariana de Venezuela.

OBJETIVOS DE LA COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS

Los objetivos de la CELAC están enfocados en: promover la concertación política, impulsar la agenda latinoamericana y caribeña, posicionar a la región en temas globales, fomentar los procesos de diálogo con otros actores, impulsar la integración regional para el desarrollo, promover la coordinación entre organismos subregionales y desarrollar nuevos esquemas de cooperación regional y con otros Estados.

La CELAC entonces, habrá de considerarse como un elemento clave de compromiso con la democracia y con la protección de los derechos humanos, ya que en esta se recogen todos los principios de la declaración fundacional, la misma en la que establece que la democracia es una de las más preciadas conquistas de nuestra región y producto de un proceso continuo e irreversible sobre el que la región no está dispuesta a admitir interrupción ni retrocesos.

Este es un espacio propio de concertación y convergencia que refleja los múltiples esfuerzos que han venido realizando los países de América Latina y el Caribe, para actuar con eficacia en los foros globales y no rezagarse frente a otras regiones que actúan como bloques en las negociaciones multilaterales.

Esta unión se plantea como una instancia que pueda encauzar la voluntad de la región hacia la construcción de un espacio representativo del conjunto de los países latinoamericanos y caribeños, que permitiera avanzar en la unidad, la concertación política, la cooperación, el desarrollo y, en especial, que sea capaz de definir una agenda propia que no duplique esfuerzos y no sea excluyente de otros foros.

Este nuevo espacio se sustenta con el objetivo de proyectar la presencia y la voz de la región en el mundo; profundizar la integración política, económica, social y cultural de la región y a su vez establecer compromisos efectivos de acción conjunta para la promoción del desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe en un marco de unidad, respeto a los Derechos Humanos, cooperación, complementariedad y concertación política.

Con la constitución de la CELAC se dio un importante paso en lo que respecta la consolidación de un mecanismo político más representativo de la región con la capacidad de actuar y posicionar a América Latina y el Caribe dentro de los foros globales y ante acontecimientos relevantes del ámbito internacional.

ESTRATEGIAS COMUNES

La propuesta ecuatoriana de constituir a la CELAC es congruente con uno de los ejes de política pública asentados en la Constitución del Ecuador, artículo 423, el mismo que constituye un objetivo estratégico del Estado. De acuerdo con ello, la Constitución señala que “el régimen de desarrollo para el Buen Vivir de los ecuatorianos tiene como objetivo promover la integración latinoamericana, garantizar la soberanía nacional e impulsar una inserción estratégica en el contexto internacional”.

La CELAC debe convertirse en el interlocutor regional frente a otras zonas del globo. Para ello deberá desarrollar mecanismos de diálogo con otras regiones, de la misma manera que lo ha hecho con Europa. Estos mecanismos deben orientarse a consolidar cooperación política, económica, de inversión, transferencia de ciencia y tecnología. Ecuador ve el proceso de la CELAC como un paso oportuno para la focalización de los esfuerzos integracionistas y como medio para concertar posiciones que beneficien a la región latinoamericana y caribeña. No obstante, considera que, como instancia de coordinación política, no deben existir rigideces institucionales y el consenso debe ser el medio para la adopción de decisiones.

La CELAC es un paso trascendente en la indispensable integración latinoamericana y caribeña.

Uno de los impulsores de la creación de la CELAC fue el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías, un ferviente e incansable promotor y luchador por la independencia, la cooperación, la solidaridad, la integración y la unidad latinoamericana y caribeña, y por la propia creación de esta Comunidad, como sostuviera el Comandante Raúl Castro. 

Agregaba que los países de América Latina y el Caribe hemos tenido que hacer frente a numerosos desafíos. La crisis ha continuado afectando la economía mundial, los peligros para la paz siguen presentes en varias partes del mundo y naciones hermanas han sido objeto de amenazas, medidas coercitivas unilaterales y demandas legales internacionales por las legítimas acciones que han adoptado en defensa de su soberanía.

Sin embargo, hemos sido capaces de seguir avanzando en la construcción de la CELAC y en darle continuidad a las decisiones que acordamos en Caracas y Santiago de Chile.

Poco a poco, vamos creando una Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que hoy se reconoce internacionalmente como representante legítima de los intereses de la América Latina y el Caribe.

Igualmente, hemos ido acercando nuestras posiciones y, a pesar de inevitables diferencias, se fomenta un espíritu de mayor unidad en la diversidad, que debe ser el fin último.

Añadió: “Sabemos que entre nosotros hay pensamientos distintos e, incluso, diferencias, pero la CELAC ha surgido sobre el acervo de doscientos años de lucha por la independencia y se basa en una profunda comunidad de objetivos. No es la CELAC, por tanto, una sucesión de meras reuniones ni coincidencias pragmáticas, sino una visión común de la Patria Grande latinoamericana y caribeña que sólo se debe a sus pueblos.”

Debe ser prioridad la creación de un espacio político común, en el que avancemos hacia el logro de la paz y el respeto entre nuestras naciones, en que seamos capaces de superar los obstáculos objetivos y aquellos  que intencionadamente se nos impongan, en que podamos utilizar los recursos de manera soberana y para el bienestar común, y poner las capacidades científicas y técnicas en función del progreso de nuestros pueblos, en que hagamos valer principios irrenunciables como la autodeterminación, soberanía e igualdad soberana de los Estados.

Sólo así lograremos que deje de ser realidad el aserto de que la América Latina y el Caribe es la región más desigual del planeta. Ante esta situación, los pueblos de América Latina y el Caribe demandan y requieren una mejor distribución de las riquezas y los ingresos, el acceso universal y gratuito a una educación de calidad, el pleno empleo, mejores salarios, la erradicación del analfabetismo, el establecimiento de una verdadera seguridad alimentaria, sistemas de salud para la totalidad de la población, derecho a una vivienda digna, al agua potable y al saneamiento.

Es de trascendental importancia, revertir la situación actual. Con algo más del 15% de la superficie terrestre y el 8.5% de la población global, la región cuenta con un porcentaje apreciable de las reservas minerales no renovables más importantes, con un tercio de las reservas de agua dulce, un 12% del área cultivable, el mayor potencial mundial en la producción de alimentos y el 21% de los bosques naturales.

Y, precisamente, esa riqueza debe convertirse en el motor para la eliminación de las desigualdades e injusticias sociales. Es imperativo el ser capaces de transformar ese capital natural en capital humano, infraestructura económica y diversificación de la base productiva y exportadora, de tal forma que contribuya de manera decisiva a un verdadero proceso de desarrollo.

Uno de los problemas que padece América Latina y el Caribe es que no se han traducido los períodos de altos precios de los recursos naturales que exportamos en procesos de desarrollo económico de largo plazo, de forma tal que permitan reducir realmente la pobreza y elevar el ingreso per cápita de nuestras poblaciones, sostenía el Comandante Raúl Castro.

En 1999, cuando ya no existía el campo socialista, la OTAN modificó su concepción estratégica para actuar ante supuestas amenazas globales, de manera ofensiva, fuera del territorio de los Estados miembros de la Alianza, en lo que llamó la “periferia euro-atlántica”. En la Cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe, celebrada poco después, en junio, en Río de Janeiro, el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, preguntó si nuestra región estaba comprendida en esa “periferia” y sujeta a esa doctrina cada vez más agresiva y peligrosa. Dicha pregunta permanece sin respuesta.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) surgió con el compromiso de avanzar en el proceso gradual de integración de la región, haciendo un sabio equilibrio entre la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los 600 millones de habitantes de América Latina y el Caribe.

Desde su puesta en marcha, en diciembre de 2011, la CELAC ha contribuido a profundizar el diálogo respetuoso entre todos los países de la región, en temas como el desarrollo social, la educación, el desarme nuclear, la agricultura familiar, la cultura, las finanzas, la energía y el medio ambiente.

Asimismo, la CELAC ha promovido que América Latina y el Caribe se asuma a sí misma como una comunidad de naciones, capaz de dialogar y de buscar consensos en temas de interés común.

Por mandato de los Jefes de Estado y de Gobierno, la CELAC se constituye en la voz unificada de la región en temas de consenso; es el único interlocutor que puede promover y proyectar una voz concertada de América Latina y el Caribe en la discusión de los grandes temas globales, con el objetivo de buscar una mejor inserción y proyección de la región en el ámbito internacional.

En cuanto mecanismo representativo de América Latina y el Caribe, la CELAC asume entre sus atribuciones, la interlocución de la Comunidad con otros países y grupos regionales. Destaca entre ellos el Diálogo de la CELAC con la Unión Europea, el Foro CELAC-China, el Mecanismo de Diálogo con la Federación de Rusia, así como los acercamientos con la República de Corea, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, Turquía y Japón.

La CELAC busca complementar la arquitectura regional ya existente sobre la base de la no duplicación de esfuerzos, con el fin de potenciar elementos comunes y fomentar la complementariedad.

La CELAC tiene un gran futuro porque se fundamenta en los siguientes principios y valores comunes: el respeto al derecho internacional; la igualdad soberana de los Estados; el no uso ni la amenaza del uso de la fuerza; la democracia; el respeto a los derechos humanos; el respeto al medio ambiente, tomando en cuenta los pilares ambiental, económico y social del desarrollo sustentable; la cooperación internacional para el desarrollo sustentable; la unidad e integración de los Estados de América Latina y el Caribe; y un diálogo permanente que promueva la paz y la seguridad regionales. Y se basa en la solidaridad, la inclusión social, la equidad e igualdad de oportunidades, la complementariedad, la flexibilidad, la participación voluntaria, la pluralidad y la diversidad.

Sus Estados miembros son: Antigua y Barbuda; República Argentina; Mancomunidad de las Bahamas; Barbados; Belice; Estado Plurinacional de Bolivia; República Federal de Brasil; República de Chile; República de Colombia; República de Costa Rica; República de Cuba; República Dominicana; Mancomunidad de Dominica; República del Ecuador; República de El Salvador; Granada; República de Guatemala; República Cooperativa de Guyana; República de Haití; República de Honduras; Jamaica; Estados Unidos Mexicanos; República de Nicaragua; República de Panamá; República del Paraguay; República del Perú; Santa Lucía; Federación de San Cristóbal y Nieves; San Vicente y las Granadinas; República de Surinam; República de Trinidad y Tobago; República Oriental del Uruguay; República Bolivariana de Venezuela.

OBJETIVOS DE LA COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS

Los objetivos de la CELAC están enfocados en; promover la concertación política, impulsar la agenda latinoamericana y caribeña, posicionar a la región en temas globales, fomentar los procesos de diálogo con otros actores, impulsar la integración regional para el desarrollo, promover la coordinación entre organismos subregionales y desarrollar nuevos esquemas de cooperación regional y con otros Estados.

La CELAC entonces, habrá de considerarse como un elemento clave de compromiso con la democracia y con la protección de los derechos humanos, ya que en esta se recogen todos los principios de la declaración fundacional, la misma en la que establece que la democracia es una de las más preciadas conquistas de nuestra región y producto de un proceso continuo e irreversible sobre el que la región no está dispuesta a admitir interrupción ni retrocesos.

Este es un espacio propio de concertación y convergencia que refleja los múltiples esfuerzos que han venido realizando los países de América Latina y el Caribe, para actuar con eficacia en los foros globales y no rezagarse frente a otras regiones que actúan como bloques en las negociaciones multilaterales.

Esta unión se plantea como una instancia que pueda encauzar la voluntad de la región hacia la construcción de un espacio representativo del conjunto de los países latinoamericanos y caribeños, que permitiera avanzar en la unidad, la concertación política, la cooperación, el desarrollo y, en especial, que sea capaz de definir una agenda propia que no duplique esfuerzos y no sea excluyente de otros foros.

Este espacio se sustenta con el objetivo de proyectar la presencia y la voz de la región en el mundo; profundizar la integración política, económica, social y cultural de la región y a su vez establecer compromisos efectivos de acción conjunta para la promoción del desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe en un marco de unidad, respeto a los Derechos Humanos, cooperación, complementariedad y concertación política.

Con la constitución de la CELAC se dio un importante paso en lo que respecta la consolidación de un mecanismo político más representativo de la región con la capacidad de actuar y posicionar a América Latina y el Caribe dentro de los foros globales y ante acontecimientos relevantes del ámbito internacional.

La CELAC está conformada por los siguientes órganos:

1.- Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno;

2.- Reunión de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores;

3.- Presidencia Pro Témpore;

4.- Reunión de Coordinadores Nacionales;

5.- Reuniones especializadas;

6.- Troika.

La reunión Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno es la instancia suprema de la Comunidad. Se reúne ordinariamente en el país que ostente la Presidencia Pro Tempore de la CELAC y en forma extraordinaria cuando la Presidencia Pro Tempore en consulta con los Estados Miembros lo determine. La Presidencia Pro Témpore podrá convocar a Cumbres y reuniones extraordinarias en consulta con la Troika.

Sus atribuciones son:

– Designar al Estado sede de la siguiente reunión y que ejercerá la Presidencia

Pro Témpore de la CELAC.

– Definir las directrices, y lineamientos políticos, y establecer las prioridades,

estrategias y planes de acción para alcanzar los objetivos de la

CELAC.

– Adoptar los lineamientos políticos y estrategias para las relaciones con

terceros Estados u otras organizaciones o foros intergubernamentales de

carácter internacional, regional o subregional.

– Aprobar la modificación de los procedimientos y modificaciones que se

requiera para el funcionamiento de la CELAC.

– Promover la participación ciudadana en la CELAC.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) representa un esfuerzo de integración política superior en América Latina y el Caribe, que surgió impulsado por el liderazgo de Cuba, México y Brasil. Ante las dificultades para articular la diversidad, emerge una voluntad política renovada en torno de la integración y, en especial, de un nuevo regionalismo.

COMITÉ INDEPENDENCIA, SOBERANÍUA, PAZ PARA AMÉRICA LATINA

-CISPAL-

Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com

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