HEBE, EN LA MEMORIA…

HEBE, EN LA MEMORIA…

Alexis Ponce 

Escribo estas cuartillas desde el Ecuador, la tierra que adoptaron como suya Luz Helena y Pedro; desde la tierra de sus desaparecidos hijos: los hermanos Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo Arismendy; desde la tierra de Clorinda Guzmán y su hijo Gustavo Garzón; la tierra de Gloria Infante y su hijo Jaime Otavalo; de Rosita Cevallos y su hija Consuelo Benavides;  de Alexandra Córdova y su hijo David Romo; de Vilma Pineda y su hijo Edison Cosíos; la tierra de Elizabeth Otavalo y su hija María Belén Bernal…

Y escribo por Ella, por Hebe de Bonafini, la célebre presidenta de la Asociación de Madres Plaza de Mayo Línea Histórica, quien acaba de fallecer en su / nuestra Argentina, a los 93 años de edad. 

El nombre Hebe proviene de la mitología griega: se trata de una diosa femenina que «es la personificación de la juventud». Y Hebe de Bonafini, parida por sus dos hijos, detenidos – desaparecidos en la dictadura de Videla en 1977: Jorge Omar y Raúl Alfredo, fue siempre joven, argentinamente juvenil, la personificación de la juventud en todas sus edades. 

Hebe Pastor de Bonafini, polémica y radical siempre, fue quien acuñó las gigantescas ideas – fuerza provenientes de la vida, la angustia, y la lucha: «Todos los Desaparecidos son  Nuestros Hijos»; «Las Madres Socializamos la Maternidad»; y «La única lucha que se pierde es la que se abandona». 

En el año 2001, mientras Ella  estaba ausente, dos individuos inidentificados, ligados al gobierno de entonces y a los organismos represores de Inteligencia, entraron a su casa buscándola y al hallar a su única hija sobreviviente, Alejandra Bonafini, la golpearon, torturaron y quemaron con cigarrillos. Hebe, siempre que debía viajar y separarse de Alejandra, sufría y se preocupaba a cada instante por saber de ella. Cuando la conocí, -siempre acompañada de Mercedes Colás de Meroño, «La Porota» (+), otra Madre de Plaza de Mayo, su vicepresidenta-, supe que Hebe debía tomar permanentemente su medicina para la diabetes y monitorear su glucosa a diario. La recuerdo sacando su  glucómetro en la habitación del hotel donde las acompañé a alojarse en Quito, su acento tan argentino y su trato tan de mamá, siempre regañándome, mientras «La Porota» me guiñaba mirando  al techo hasta que le pase la bronca a la Presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo. 

Hebe, su hija Alejandra (¿qué será de Vos en este día tan largo y de lluvia, y mañana en la mañana del domingo 21, Alejandra?), sus allegados, sus Madres de la Asociación, su grandote local que un día me hicieron recorrer, su librería, su universidad, su periódico, su centro cultural y su radio, siempre fueron objetos de insultos, amenazas de muerte, atentados, operativos, robos y violencia estatal. Hasta que llegó «el Pingüino» Néstor Kirchner al gobierno y la historia en el país de Cortázar cambió de bando. Con los impresentables Menem y Macri tuvo célebres enfrentamientos (al primero lo llamó «basura» -lo cual fue cierto, aunque insuficiente- mientras era entrevistada en España por el querido periodista que también acaba de partir hace poco, Jesús Quintero). Y ya en  estos últimos y difíciles años, tuvo ácidas críticas al presidente Fernández. 

La recuerdo, mientras la acompañaba desde Quito a Cuenca, donde recibió uno de tantos homenajes, y contarme, como si fuera una adolescente, llena de orgullo y emoción, de la entonces recién instalada Radio de las Madres de Plaza de Mayo, la AM 530, «la de la izquierda». O contarme feliz y emocionada de su programa radial y digital «de cocina y política», cuestionando todo, desde la tecnología y las redes que están desalfabetizando a la humanidad y amenazando incluso la vigencia del lenguaje escrito, hasta la cantidad de envases de leche con que el mercado inunda a la gente para el consumo: deslactosada, descremada, semi descremada, entera, etc. Todo lo cuestionaba, mientras reafirmaba su idea-fuerza (del corazón) más fuerte: «Nos quitamos de nuestros pañuelos el nombre de cada hijo, porque los 30 mil desaparecidos son nuestros hijos». 

La desprivatización o desindividualización de lo más sagrado: un hijo o hija, quizás fue lo que más fuertemente me conmovió de Ella, de todas las Madres de Plaza de Mayo. 

 La recuerdo putéandole de lo lindo a un déspota ministro de educación ecuatoriano, al que se negó siquiera a tenderle la mano: «Con hijos de las mil putas, yo no saludo». No quiso contarme el por qué de su indignación, aunque lo intuía después de yo mismo haber conocido la soberbia enfermiza de ese señor y de  otros ministros de cultura y educación ‘del nuevo  tiempo’. El individuo, se quedó de una pieza. 

Esa misma mañana, en aquel mismo lugar, la Flacso, donde les entregué la bandera de la APDH (Asamblea Permanente de Derechos Humanos) con la frase «Gracias por vivir» a Ella y a mi también inolvidable Estela de Carlotto, la legendaria presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, recuerdo que se puso a disputarle a Estela la bandera que se las dimos a las dositas, mientras el público reía. Hebe decía como niña: «Que le den otra. Ésta me la llevo yo y no hay cómo cortarla en dos». Al final cada una de estas amadas madres y abuelas, y un poco hijas nuestras y nietas nuestras, niñas eternas y jóvenes perpetuas, se llevaron un lienzo cada una del Ecuador con nuestra frase de cajón: «Gracias por vivir». Porque más allá de sus diferencias, Ella, nuestra Hebe, y mi Estela, y mi otra y  eterna Madre, Norita, Nora de Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que se alojó en casa cuando mis hijas eran chiquititas y lloraba enseñándome la foto de su hijo, y mi otra Madre Mirta Acuña, con quien bajamos en mulas llevando osamentas de decenas de víctimas, de una fosa común en El Urabá, y la «Porota», todas Ellas son Nuestras Abuelas y nuestras Madres de Latinoamérica y Patrimonios Vivos y Muertos de toda la Argentina. «Ha muerto Hebe»… yo creo que no. Acaba de nacer otra vez.

HEBE DE BONAFINI

Hebe María Pastor de Bonafini (Ensenada, 4 de diciembre de 1928La Plata, 20 de noviembre de 2022),1​ más conocida como Hebe de Bonafini, fue una activista argentina, cofundadora de la asociación Madres de Plaza de Mayo, organización de madres de detenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar, que gobernó Argentina entre 1976 y 1983, y de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, de la cual dependen un instituto universitario nacional, un periódico, una radio, una casa cultural, una librería y administra un centro cultural donde antes se encontraba el centro clandestino ESMA.

Fue una ama de casa que cursó solo la escuela primaria. Se casó el 29 de diciembre de 1942, a los catorce años, con Humberto Alfredo Bonafini, con quien tuvo tres hijos: Jorge Omar, Raúl Alfredo y María Alejandra.2

El 8 de febrero de 1977, su hijo mayor Jorge Omar fue secuestrado y desaparecido, en La Plata y, el 6 de diciembre, ocurrió lo mismo con su otro hijo varón, Raúl Alfredo, en Berazategui. El 25 de mayo de 1978 desapareció también su nuera, María Elena Bugnone Cepeda, esposa de Jorge.

Antes de que fuera secuestrado mi hijo, yo era una mujer del montón, un ama de casa más. Yo no sabía muchas cosas. No me interesaban. La cuestión económica, la situación política de mi país me eran totalmente ajenas, indiferentes. Pero desde que desapareció mi hijo, el amor que sentía por él, el afán por buscarlo hasta encontrarlo, por rogar, por pedir, por exigir que me lo entregaran; el encuentro y el ansia compartida con otras madres que sentían igual anhelo que el mío, me han puesto en un mundo nuevo, me han hecho saber y valorar muchas cosas que no sabía y que antes no me interesaba saber. Ahora me voy dando cuenta que todas esas cosas de las que mucha gente todavía no se preocupa son importantísimas, porque de ellas depende el destino de un país entero; la felicidad o la desgracia de muchísimas familias.

Fue presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo desde 1979, cuando se destacó por la lucha contra la impunidad de los culpables de delitos de lesa humanidad, así como por reivindicar la vida de los desaparecidos, rindiendo homenaje a sus actos y no solo a su desaparición.

Su esposo, Humberto Bonafini, falleció en septiembre de 1982.2

El 11 de diciembre de 1987, cuando el músico británico Sting visitó el país invitó a algunas Madres a subir al escenario del estadio de River Plate. Durante la canción They dance alone ellas pasearon en el escenario al compás de la canción,3​ inspirada en la lucha chilena. La reivindicación con Sting se repitió durante el cierre de la gira Derechos Humanos Ya! los días 15 y 16 de octubre de 1988 en Mendoza y Buenos Aires, para la campaña organizada por Amnistía Internacional.

En 1991, Bonafini en una emisión del programa El perro verde que conducía el periodista español Jesús Quintero, tildó al entonces presidente Carlos Menem de «basura», por lo cual el mandatario le inició una causa por «desacato». Luego, esa figura fue derogada, y la querella intentó cambiar la carátula a «injurias». En 1998, la Cámara de Apelaciones consideró que la causa se encontraba prescripta y que el expresidente debía pagar las costas, que ascendían a 4500 pesos. El expediente fue elevado por Menem a la Corte Suprema en 1999.4

En 1996 ―durante el menemismo― Hebe fue herida en la cabeza por la policía en una manifestación universitaria en repudio de la reforma del estatuto de la Universidad Nacional de La Plata y a la Ley de Educación Superior, cuando se ejercía una brutal represión por parte del Cuerpo de Infantería de la Bonaerense. Herida y con su pañuelo blanco teñido de rojo, declaró: «La sangre del pañuelo es la amenaza más fuerte de este gobierno para decir que paremos […] ¡No nos van a parar! ¡Ni un paso atrás, carajo!».5

En 1998, cuando U2 visitó Argentina, sus integrantes visitaron a las Madres y las invitaron a subir al escenario en su presentación. Allí, Hebe regaló su pañuelo blanco a Bono, inspirado en estas luchas con su militancia en Amnistía Internacional.5

En 2001 generó controversia internacional por celebrar el atentado a las Torres Gemelas:

Estaba en Cuba ese día y sentí alegría. No voy a ser hipócrita, no me dolió para nada, [porque] había muchos pueblos que eran felices […] la sangre de tantos en ese momento era vengada. No murieron pobres, no murieron poblaciones. […] El miedo que nos metieron a nosotros, con la persecución, con la desaparición y con la tortura, ahora lo vive el pueblo estadounidense entero. Ese pueblo que se calló y aplaudió las guerras. […] En esas dos torres se decidía todos los que nos íbamos a morir, los que nos íbamos a quedar sin trabajo, los que seríamos masacrados, bombardeados.

Hebe de Bonafini6

En varias oportunidades, sufrió ataques, sus allegados y la asociación, desde insultos, amenazas de muerte y torturas.5​En 2001, dos personas ingresaron a su domicilio y, al no encontrarse, torturaron a su hija Alejandra, que fue golpeada y quemada con cigarrillos.7

Fue invitada a dar conferencias y charlas, tanto en el interior y en el exterior, entre otros lugares, en un campamento de los Sin Tierra, en el Mato Grosso (en Brasil); en Chiapas (en México) con la invitación que les hiciera el subcomandante Marcos; la Universidad de California, en Riverside (Estados Unidos) al recibir un título Honoris Causa; La Habana (Cuba), donde en una de las oportunidades fue oradora en el festejo del Primero de Mayo; Asturias (en España), invitada por el Grupo de Apoyo del País Vasco; Caracas (Venezuela) en las Segundas Jornadas de Salud Mental; Puerto Rico, en la asamblea del Colegio de Abogados; Milán, Brescia, Verona, Turín, Rívole, Riccione y Módena (en Italia), invitada por el Comité de Solidaridad Internacionalista Arco Iris; París (Francia), cuando la fundación recibió el Premio UNESCO de Educación por la Paz; Belgrado (Yugoslavia), para participar de un repudio a la guerra.58

Desde 2004, difundió su pensamiento en programas de radio, como Transformaciones del Pañuelo Blanco (desde 2007), o La Voz de las Madres.

Desde 2008, las Madres de Plaza de Mayo administran el Centro Cultural Nuestros Hijos, en el ex campo de concentración ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) en Buenos Aires. En 2009, comenzó a dar clases de cocina y política en ese centro.9

Desde abril de 2018 condujo el programa «Hebe en Caput» en Radio Caput.10

Asociación Madres de Plaza de Mayo

Durante los primeros años de la dictadura, los familiares de las víctimas reunidos en Madres de Plaza de Mayo, realizaron solicitadas, petitorios, enviaron cartas a las autoridades y presentaron habeas corpus. Estas acciones fueron desplegadas en medio de la indiferencia u hostilidad de otros sectores sociales. Entre 1978 y 1981, se comenzó a concitar el apoyo de diversos organismos internacionales, se cree que esta solidaridad contribuyó a que, años más tarde, algunas de sus demandas fuesen incorporadas por los partidos políticos y otros movimientos sociales.

Varios de sus líderes admitieron la posibilidad de que los desaparecidos hubiesen sido asesinados, las Madres insistieron en la demanda de «aparición con vida». Al respecto, Jelin destaca que «al plantear esta consigna sin concesiones, las Madres se ubican en un extremo del espectro de reivindicaciones, y desde entonces los demás organismos se irán moviendo a su alrededor, acercándose o alejándose de la consigna».

Las Madres de Plaza de Mayo, en un principio no judicializaron su reclamo, apelaron a los reclamos sociales.11

Las Madres se separaron en dos agrupaciones desde 1986: Asociación Madres de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Bonafini continuó presidiendo la primera. La Asociación Madres de Plaza de Mayo es la agrupación mayoritaria, con Madres de todo el país, y su lucha actual no está centrada solo en la persecución judicial de represores de la dictadura, sino en emprendimientos varios. Entre ellas se encuentran la fundación del Periódico de las Madres, La Voz de las Madres radio, los planes de construcción de viviendas sociales cooperativas, guarderías infantiles, la Universidad de las Madres, entre otros.

En 2001, la Librería de las Madres fue saqueada. La Asociación y Hebe acusaron la complicidad oficial, ya que se encuentra cercana al Departamento Central de Policía y al lado de un local con custodio durante las 24 horas.5

Sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 declaró:

Cuántas veces nos dijeron […] qué era Estados Unidos, cómo formaba a nuestros militares para torturar […] Nosotros vimos que en Yugoslavia [los Estados Unidos] bombardearon asilos de ancianos, bombardearon las refinerías, bombardearon los refugios. Vimos los pedazos de personas en Irak, porque Estados Unidos bombardeó los refugios donde estaban los niños. La cifra es casi de un millón de niños muertos en Irak. Lo vimos y lo sentimos y lo sufrimos, y nos duele, por supuesto que nos duele.

Por eso cuando pasó lo del atentado […], sentí alegría. No voy a ser hipócrita, no me dolió para nada. […] Ahí [en las Torres Gemelas] no murieron pobres, no murieron poblaciones, no murieron viejos. […] El día del atentado yo sentí que había hombres y mujeres muy valientes. Valientes, como una montaña de valientes, que se prepararon y donaron sus vidas para nosotros. Ni siquiera para nosotros, tal vez para nuestros nietos. Declararon la guerra con sus cuerpos, manejando un avión para estrellarse y hacer mierda al poder más grande del mundo. Brindé por mis hijos, brindé por tantos muertos, contra el bloqueo, por todo lo que se me venía a la cabeza. […] Brindé por los hombres que hicieron una declaración de guerra con el cuerpo.
Una declaración de guerra inesperada para todos. Pero una declaración de guerra para algo que Estados Unidos no puede atacar porque no sabe a quién, ni cómo, ni dónde llegar. Afganistán no tiene ni escuelas, está todo destruido, viven en las montañas, ¿qué van a bombardear? ¿A un hombre? Ahora tienen que empezar a retroceder, van a mandar portaaviones, barcos, aviones, todo ese poder inmenso, pero están muertos de miedo. Ese miedo que nos metieron a nosotros todo el tiempo, con la persecución, con la desaparición y con la tortura, ahora lo vive el pueblo norteamericano entero. Ese pueblo que se calló y aplaudió las guerras. Porque las guerras existieron porque el pueblo norteamericano las aplaudió. Si el pueblo las hubiera rechazado, las guerras no hubieran existido.

Porque los bombardeos de la OTAN, los bloqueos y los millones de niños que se mueren de hambre en este mundo, es culpa de este poder.

Hebe de Bonafini12

Críticas por antisemitismo

En 2001, durante un reportaje para la revista 3puntos, describió al argentino Horacio Verbitsky (reconocido periodista de investigación)13​ de una manera despectiva sobre su ascendencia judía.14

Estas declaraciones le valieron acusaciones de antisemitismo de distintas personalidades e instituciones,14​ como es el caso del rabino Daniel Goldman de la comunidad Bet-El,15​de Rolando Astarita (exprofesor de la Universidad de las Madres)16​ y del Centro Simón Wiesenthal.17

Bonafini firmó una declaración junto a la vicepresidenta de Madres, Mercedes Meroño (quien no había estado durante la entrevista)14​ en la cual negó tanto los dichos, como cualquier connotación antisemita.18

Verbitsky explicó en un artículo posterior los datos que corroborarían la veracidad de lo publicado por la revista:

[Hebe de Bonafini] desmintió que hubiera pronunciado las palabras transcritas por 3Puntos y las atribuyó a una manipulación malintencionada de la revista. «Quienes se prestan a la burda maniobra de hacernos aparecer como antisemitas se están sumando a los derechistas y socialdemócratas que pretenden destruir nuestros proyectos», dijo. Según ese texto, firmado por ella y por la vicepresidenta Mercedes Meroño, «criticamos a Horacio Verbitsky por ser agente norteamericano, no por ser judío. La revista 3Puntos, desde la misma tapa, falsifica nuestra declaración y publica algo que no hemos dicho. […] Las madres nos sentimos orgullosas de que nos digan judías», agregó.
Al conocer la existencia de esta declaración pedí a la revista una copia de la cinta grabada del reportaje. Se escucha con nitidez y sin interferencias. La audición no deja dudas respecto de quién habla y qué dice. La transcripción de la revista fue de una fidelidad absoluta, y cualquiera que tenga alguna duda puede escucharla. Una copia está a disposición de Mercedes Meroño, quien según informa la revista 3puntos no estuvo durante la grabación. Es decir que la señora Pastor de Bonafini indujo a la propia vicepresidenta de su grupo a firmar una declaración cuya falsedad puede ser demostrada en forma irrefutable.14

Derechos humanos es política (2006)

En el discurso por los treinta años de las Madres de Plaza de Mayo, el 1 de mayo de 2006, Hebe dirigió un discurso sobre su posición como madre de desaparecidos:

Rebeldes, locas, prepotentes; nos paramos ante el poder y dijimos «acá estamos». Pusimos el cuerpo que es lo único que tenemos para poner […] hay mucho que hacer. Todavía hay hambre, desocupación y necesidad de viviendas […] [Otras organizaciones de Derechos humanos] no entienden esto de disfrutar. Nosotras sí, porque vencimos a la muerte, queridos hijos. Vencimos al verdugo. Esto es vida pura, llena de amor y de abrazos […] con esos hijos que nos nacieron después, estamos sembrando un nuevo camino, que no deja de ser revolucionario, construyendo, marchando junto a quienes nos necesitan […] Queridos hijos. Su sangre no fue inútil, florece en cada barrio, en cada lugar donde hombres y mujeres levantan su puño por trabajo digno, por vivienda. […] [Remarco] la unidad latinoamericana, indispensable para llegar al socialismo […] El imperialismo y la CIA son voraces, no se cansan. […] ¡Patria o muerte, venceremos!19

También ha dejado expresado que ella siempre hizo política, diciendo que los derechos humanos es también que la gente trabaje, coma, etc.20

Hebe de Bonafini ha tomado una abierta oposición contra la injerencia estadounidense, apoyando a figuras como el Che Guevara, Augusto Sandino, Yasir Arafat, Osama Bin Laden, Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales. Ha manifestado apoyo a los aborígenes americanos. Se ha manifestado en contra del neoliberalismo y del FMI, vistos por ella como la «corporación del poder».

Apoyo a presos políticos

Hebe manifestó su apoyo a las madres de los presos vascos.21​ En 2000, publicó una carta abierta en la web de la Asociación, expresaba que de los más de 650 presos vascos, muchos lo están por lo que piensan o escriben, o por «conocer a alguien que conoce a alguien».22​ Como respuesta, recibió un comunicado de Amnistía Internacional que informaba que Amnistía «no tiene constancia de casos de presos de conciencia en las prisiones españolas».22

Contra el paro patronal agropecuario (2008)

En 2008, durante el llamado paro agropecuario patronal, Bonafini hizo un recordatorio del rol que la Sociedad Rural había cumplido durante la dictadura, apoyando el gobierno militar.

Son golpistas. Lo que hicieron es golpismo, golpismo puro, con muchas ganas; no se pintaron la cara [en referencia a los carapintadas], pero ganas no les faltan. […] No sé de campo, pero sé de hambre. No sé de campo, pero sé de atorrantes como los radicales que hicieron [la Ley de] Obediencia Debida y Punto Final y ya están como locos porque los estamos condenando. No sé de campo, pero sé de estos tipos que son de lo más maleducados y atrevidos, que se burlan de todos. Ellos son nuestros enemigos. Ellos fueron los responsables de la muerte de nuestros hijos, de la desaparición, de las torturas, de todo. Ellos siempre estuvieron adelante de los golpes.

El 1 de abril de 2008 en la Plaza de Mayo, colmada por un acto del gobierno acerca del conflicto del paro patronal agropecuario, dio un discurso donde planteó un futuro a partir de este momento en la continuación de las medidas políticas del gobierno, le regaló su propio pañuelo blanco (símbolo de las Madres de Plaza de Mayo) a la presidenta de la Argentina, quien acababa de dar un discurso intentando solucionar dicho paro. Este gesto se interpreta como un signo político de apoyo.24

Nueva Ley de Medios (2009)

En 2009, durante la comparecencia ante el Senado de la República Argentina, Hebe de Bonafini expresó su opinión favorable al cambio de Ley de Radiodifusión ―implantada por la dictadura cívico-militar― por la nueva ley propuesta por asociaciones por la libertad de medios, apoyada por partidos de centroizquierda y el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Hebe expresó que las Madres de Plaza de Mayo sufrieron de la prohibición de hablar durante la dictadura militar de 1976, que los medios apoyaban las represiones de dicho gobierno de facto, y que ocultaban los hechos reportándolos como «enfrentamientos» o directamente no informando sobre ellos.25

Causa Sueños Compartidos

El jueves posterior a conocerse la denuncia, hubo una gran movilización para realizar un «abrazo simbólico» a modo de desagravio y apoyo a la organización.26

Periodistas, artistas, políticos y personas públicas han salido en defensa de Hebe en particular y de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.272829

El 6 de septiembre de 2011, las firmas que se atribuían a Bonafini obrantes en el contrato para la provisión de construcciones móviles, fueron analizadas por una pericia caligráfica de Gendarmería Nacional, que informó que no se correspondían con «las autógrafas aportadas como prueba indubitada de la señora Hebe María Pastor de Bonafini». Así, cayó la imputación contra Hebe.3031

Bonafini está imputada en la causa Sueños Compartidos, junto a cuarenta y dos personas, por la presunción del juez de que «Sergio y Pablo Schoklender, valiéndose del prestigio y trayectoria de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, habrían utilizado a la Fundación de la cual eran apoderados, en connivencia funcionarios públicos, para gestionar y obtener ilegítimamente fondos de la Secretaría de Obras Públicas para la construcción de viviendas sociales, parte de los cuales habrían detraído luego de su destino específico –con el consecuente perjuicio económico a las arcas del Estado».32​ Por esto, el juez Marcelo Martínez de Giorgi la citó para prestar declaración indagatoria.3334

El 4 de agosto de 2016, a los ochenta y siete años, Bonafini rehusó por segunda vez comparecer ante el juez Giorgi en la causa Sueños compartidos, enviándole una carta en que afirmaba haber aportado abundante documentación, que no habría sido leído por el juez.35​ El juez ordenó allanar la sede de Madres de Plaza de Mayo y envió a un grupo de policías de la Guardia de Infantería a arrestarla. Cuando una fuerza policial se presentó en la sede de Madres, esta fue protegida por centenares de manifestantes, y el allanamiento no pudo ser llevado a cabo. Mientras, Bonafini pudo trasladarse a la Plaza de Mayo, donde llevó adelante la tradicional ronda de los jueves, rodeada por militantes, antes de regresar a la sede. Junto a los manifestantes, dirigentes políticos acompañaron a Bonafini: Andrés Larroque, Oscar Parrilli, Teresa Parodi, Martín Sabbatella, Hugo Yasky, Roberto Baradel, Carlos Zannini, Axel Kicillof, Juan Cabandié, Edgardo Depetri, Leopoldo Moreau, Luis D’Elía.36​ Esa noche, otros dirigentes se hicieron presentes en su sede, entre ellos Máximo Kirchner.37

El 5 de agosto la defensa de Bonafini hizo una gestión ante el juez manifestando que aceptaba ser indagada, lo que se llevaría a cabo más adelante, levantándose en consecuencia la orden de detención.38​ El 30 de mayo de 2018 la Sala I de la Cámara Federal Penal de Apelaciones dispuso el procesamiento de Julio De Vido al tiempo que confirmaba los que se habían dictado en primera instancia respecto de los hermanos Schoklender, Bonafini, José López, Abel Fatala, Alejandro Abraham Gotkin, Gustavo Adrian Serventich, José Fernando Caparrós Gómez, Enrique Osvaldo Rodríguez, Hugo Omar Gallardo, Daniel Laurenti, Manuel Camet, Mariano Moncada, Emilio Mauro Gutiérrez y Guillermo Alejandro Greppi. El fallo considera a los procesados presuntos autores de la maniobra de defraudación a la administración pública consistente en gestionar y obtener fondos públicos destinados a la construcción de viviendas sociales utilizando para ello a la Fundación Madres de Plaza de Mayo, que luego eran desviados hacia otros fines.3940

Imputación

A fines de 2015, fue imputada por un fiscal federal por supuestos cargos de «incitación a la violencia colectiva» y «atentado contra el orden público» por reanudar las Marchas de la Resistencia de las Madres, las cuales habían sido cesadas desde la presidencia de Néstor Kirchner (en 2003) y fueron reanudadas desde la asunción de Mauricio Macri a la presidencia.41

Diferentes medios señalaron que bajo la presidencia de Macri (2015-2019) se incrementaron los embates de la alianza Cambiemos contra la figura de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, por lo que el papa Francisco le envió una misiva a Bonafini en la que se solidarizó con ella.42

Las Madres no teníamos abogado, porque nunca creímos en lo jurídico, porque siempre nos dimos cuenta que los pueblos no pueden solucionar su lucha jurídicamente. Los pueblos, la única manera que tenemos para solucionar nuestras cosas es luchando, es movilizando, es participando, es accionando, con la lucha de la base del pueblo.

HEBE DE BONAFINI ASOCIACIÓN MADRES DE PLAZA DE MAYO

La historia de Hebe de Bonafini, emblema de la resistencia a la dictadura y al neoliberalismo

La presidenta de Madres de Plaza de Mayo pidió que esparzan sus cenizas en ese lugar donde desde 1977 reclamaba por sus hijos. La trayectoria de una madre parida en la lucha. El Gobierno decretó tres días de duelo por su fallecimiento.

Luciana Bertoia

A los 93 años falleció Hebe de Bonafini.

Murió Hebe de Bonafini. Hebe, la que salió a la calle buscando a un hijo desaparecido por la dictadura; después a otro y finalmente a todos los hijos y las hijas porque, para ella, la maternidad era colectiva. Hebe, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y la que albergaba dentro de un mismo cuerpo a una dirigente política implacable y a la madre tierna que esperaba con el plato de comida caliente. Hebe, emblema de la resistencia a los genocidas pero también de la resistencia al hambre y al neoliberalismo. Sus cenizas quedarán para siempre en Plaza de Mayo, ese lugar que tantos jueves transitó con sus pies cansados de tanto buscar.

A las 9.20 del domingo murió Hebe –a los 93 años– en el Hospital Italiano de La Plata. Llevaba internada una semana, según cuentan las fuentes del gobierno provincial que seguían de cerca su estado de salud. El mes pasado había sido ingresada a esa institución, pero le habían dado el alta el 13 de octubre para que continuara con los cuidados desde su casa. Su hija Alejandra fue quien informó del fallecimiento y pidió llorarla en la intimidad.

Tanto el presidente Alberto Fernández como la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner despidieron con dolor a la Madre de Plaza de Mayo. El gobierno nacional decretó tres días de duelo. La Red Nacional de H.I.J.O.S se encontraba reunida en La Matanza cuando se conoció la noticia. La decisión que tomaron sus integrantes fue inmediata: llamar a una ronda para decirle «hasta siempre» desde la Plaza de Mayo, ese lugar en el que ella enseñó que no había que dar ni un paso atrás.

ANTES DE SER HEBE

Nació el 4 de diciembre de 1928 en una casita de pisos de material en El Dique, un barrio obrero de Ensenada. Fue la hija mayor de una familia en la que el padre se ganaba el pan trabajando en una fábrica de sombreros. Hebe –para entonces “Kika”– soñaba con ser maestra. Quería ir al Normal, pero ni la madre ni el padre estuvieron de acuerdo. La mandaron a aprender corte y confección. Después, siguió con telar.

A Humberto Bonafini –o “Toto”– lo conoció en el barrio. Él era un poco mayor que ella. También era obrero, como su padre. Para entonces trabajaba en Vialidad Nacional. Se casaron en 1949 en la Iglesia San Francisco de La Plata, donde cuatro años antes habían dado el sí Evita y Juan Domingo Perón. Al poco tiempo, Hebe quedó embarazada de Jorge Omar, su hijo mayor que nació en 1950. A los tres años, llegó Raúl.

La suerte le había empezado a sonreír a la familia Pastor-Bonafini cuando “Toto” consiguió trabajo como obrero de YPF. Con eso les alcanzó para mudarse a una casita más cerca de La Plata y, en 1965, nació Alejandra, la menor de los hermanos.

Los chicos pudieron hacer lo que ella no había logrado: estudiar. Los dos mayores terminaron el Nacional y entraron a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Jorge se destacaba como estudiante de Física en Ciencias Exactas y Raúl estudiaba Zoología en Ciencias Naturales. Los dos militaban en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML).

El final de los días felices llegó pocos meses después del golpe del 24 de marzo de 1976.

Raúl fue quien la llamó para darle la noticia: se habían llevado a Jorge. “Kika” estaba entonces al cuidado de su hermano que estaba muriendo de cáncer. El 8 de febrero de 1977 comenzó la búsqueda, el hábeas corpus escrito a mano y presentado por su marido, los golpes en las puertas de las comisarías y de los regimientos para saber dónde estaba su hijo mayor.

Antes de la desaparición de Raúl, Hebe no había pisado la Capital más de una o dos veces –reconstruye el escritor Ulises Gorini en Hebe de Bonafini: Los caminos de la vida–. La búsqueda del hijo la llevó hacia donde estaban las instituciones de poder. Como muchas otras Madres, dejó de lado su apellido de soltera y adoptó el de casada –para que la identificaran más fácilmente con el de su hijo–.

El 30 de abril de 1977, otras mujeres que buscaban a sus hijos e hijas empezaron a juntarse en Plaza de Mayo. Hebe se enteró por la madre de un preso político y se sumó días más tarde. Con la primera madre que habló fue con Azucena Villaflor de De Vincenti. La búsqueda desgarraba, pero ya no era en solitario.

Cuando estaba abocada con otras madres a juntar el dinero y las firmas para publicar una solicitada en la que se denunciara públicamente lo que muchas familias sufrían, desapareció Raúl. Se lo habían llevado de su casa de Berazategui. Fue el 6 de diciembre de 1977, dos días antes de que se produjeran los secuestros de dos de las Madres en la iglesia de la Santa Cruz. Hebe se enteró de lo que había pasado con dos de sus compañeras, Mary Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga, al día siguiente. Ella quería dejar la solicitada a un lado, pero fue Azucena quien la convenció de que había que seguir adelante. Finalmente lograron que el diario La Nación publicara el texto el 10 de diciembre, el Día Internacional de los Derechos Humanos. Ese día, una patota de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) secuestró a Azucena.

“Cuando secuestraron a las Madres todas las familias dijeron: ‘Dejen, las van a matar a todas, no van a aparecer’. Fue una batalla con nuestras propias familias porque el miedo es una cárcel, pero nunca pensamos en dejar”, contó Hebe a finales de septiembre en la Plaza. Los golpes siguieron. En 1978, secuestraron a su nuera, María Elena Bugnone Cepeda, la compañera de Jorge.

Al año siguiente, en una reunión que se hizo en la casa de Emilio y “Chela” Mignone, Hebe fue elegida presidenta de Madres –que, en agosto de 1979, se constituyó como asociación civil. Ya en democracia, en 1986, el organismo se iba a partir en dos: la Asociación, liderada por Hebe, y la Línea Fundadora.

TODOS SON TUS HIJOS

Hebe se sentía más cómoda definiendo a las Madres como una organización política que como un organismo de derechos humanos. Su sector dejó de llevar los nombres de los hijos en los pañuelos y ya no portaban la foto de cada uno de sus desaparecidos: se socializó la maternidad. Todos y todas eran sus hijos. Tampoco aceptaban las exhumaciones de los cuerpos, que reclamaba el resto del movimiento de derechos humanos. “El revolucionario nunca muere”, dice en Ni el flaco perdón de Dios, de Juan Gelman y Mara La Madrid.

En los ‘80 denunció las leyes del perdón sancionadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín y en los ‘90 los indultos de Carlos Menem. En la Plaza, fue la resistencia al modelo neoliberal de hambre y desempleo. Los más jóvenes se acercaban a ella, como recordaron desde H.I.J.O.S La Plata, a quienes consentía con alguna comida y, en la sobremesa, les daba los consejos políticos que no habían podido recibir de sus padres y de sus madres. 

Sergio Schoklender también se acercó cuando estaba detenido en Devoto por el asesinato de sus padres y se ganó su confianza. La relación, que sorprendió a muchos, terminó cuando se conocieron las irregularidades en la construcción de viviendas del proyecto Sueños Compartidos. Para Hebe, fue más que una decepción. «Es una traición y el traidor es muy fuerte. Creo que es la peor palabra que se le puede dar a una persona. Traición a todo: sentimientos, la confianza, a todas las Madres. Somos un montón de viejas que luchamos y peleamos, que la gente nos respeta por todo eso», dijo entonces.

Cuando Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada, pensó que era “la misma mierda con distinto olor”. Al tiempo lo vio, se disculpó, le dijo qué no le gustaba y se entusiasmó con el proyecto de país que representaban Néstor y Cristina Kirchner. “Ya no tenemos un enemigo en la Casa Rosada”, sentenció.

En los últimos meses, había estado trabajando en un libro sobre la historia de las Madres de Plaza de Mayo de La Plata. En esa ciudad no son pocas las anécdotas de Hebe desafiando el terror. “La he visto hacer cosas heroicas”, solía contar María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani.  Quería que fuera una forma de reivindicar a esas mujeres que lucharon desde su lugar en el mundo, cuenta el subsecretario bonaerense de Derechos Humanos Matías Moreno.

En una entrevista que hizo con la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM), le preguntaron cómo quería ser recordada. “Que la gente sepa que no soy la mujer maravilla”, respondió. Pretendía que supieran que era una mujer común que salió a la calle a buscar a sus hijos, que se convirtió en una referente política amada por muchos y despreciada por algunos y que, en ese camino, se convirtió en la madre de los 30.000. “El día que me muera no tienen que llorar”, dice en otra entrevista difundida por la Asociación Madres de Plaza de Mayo. “Tienen que bailar, cantar, hacer la fiesta en la Plaza porque hice lo que quise, dije lo que quise y peleé con todo”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.