La entrega de bonos a sectores menos favorecidos está entre las acciones del Gobierno del presidente Arce para impulsar la economía.
El Gobierno de Bolivia anunció este jueves el lanzamiento de un programa de reconstrucción económica para mantener los índices de crecimiento sostenido de 2021 en varios sectores, tras duros años de contracción económica.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, dijo que tras la pandemia de la Covid-19, se han restablecido los niveles de inversión interna, el impulso a la demanda interna y el crecimiento económico.
“En 2021 se hizo el esfuerzo de tener un nivel de inversión de más de 2.600 millones de dólares, cuando en 2020 se había solicitado 1.784 millones”, afirmó.
Durante el gobierno de facto en 2019-2020, la economía sufrió una enorme caída, pues de un crecimiento sostenido en un 4,5 por ciento de años anteriores, disminuyó a -11 por ciento.
De acuerdo con Montenegro, no existen efectos rebotes que permitan que la economía se recupere por sí sola. “Es importante el papel de la política económica, de los incentivos que da el Estado al sector privado, de los elementos de inyección de recurso”, argumentó.
Por su parte, el presidente Luis Arce, aseguró que prevén que el crecimiento del país este año esté en torno al 5 por ciento. “Estamos mirando una mejora en las cifras fiscales y en las cifras de comercio exterior que nos preocupaban”, dijo.
Arce agregó que durante muchos años, previo al golpe de Estado, se dieron cifras negativas en la balanza comercial, y destacó que de tener -500 millones de déficits en la balanza comercial de 2020, ya tienen un balance positivo de 1.500 millones en el 2021.
De acuerdo con el Gobierno, el éxito del modelo económico tiene su base en la inyección permanente de dinero en la economía para promover el consumo. Esto incluye la entrega de bonos a sectores menos favorecidos, impuesto a grandes fortunas, líneas de créditos con bajos intereses a sectores productivos, programas de vivienda, mejoras de pensiones y una elevada inversión estatal que en 2022 tiene programado unos 2.600 millones de dólares.
Datos oficiales sitúan el crecimiento del 6,11 por ciento de la economía boliviana en 2021, tras sufrir la mayor contracción de su historia. Todas las actividades económicas tuvieron un desempeño positivo, aunque destacaron más la minería, la construcción, los servicios y el comercio.
“Es un indicador que no hace otra cosa que reflejar que hemos vuelto a la senda del crecimiento económico”, manifestó a ministra de Planificación del Desarrollo, Gabriela Mendoza.
BOLIVIA: TERMÓMETRO POLÍTICO A UN AÑO Y MEDIO DEL RETORNO A LA DEMOCRACIA
Gabriela Montaño y Camila Vollenweider
El presidente Luis Arce sigue siendo bien valorado en la población boliviana, y su gobierno avanza en medidas económicas inclusivas, mientras la oposición parece quedarse estancada.
A dieciocho meses de la toma de posesión, el Gobierno de Luis Arce conserva la expectativa y la esperanza de la gente que votó por él en 2020. Esto se expresa en una imagen positiva del 46,7 % que, traducida a votos válidos, se equipara al 55 % obtenido en las elecciones generales. Estas cifras se repiten como tendencia (con poca variación) en las tres encuestas realizadas por CELAG desde 2020 en Bolivia. El presidente Arce es el segundo mejor valorado en la región después de Andrés Manuel López Obrador en México.
Algo más del 60 % de la población cree que Luis Arce resolverá los problemas económicos a corto o mediano plazo. Este dato no es menor en medio de una crisis que aqueja al mundo entero en esta etapa pospandémica. Quizás esto se explique por fenómenos como el control de la inflación: por ejemplo, mientras en Bolivia ésta no pasa del 0,8 % en los primeros tres meses del año, en Alemania a finales de marzo se disparó a un 7,3 % (la cifra más alta desde la reunificación en 19901).
La capacidad de un gobernante de sostener en el tiempo una expectativa positiva de la gente es uno de los elementos más importantes del quehacer político y de la responsabilidad de dirigir un país. Luis Arce tiene un estilo caracterizado por la poca estridencia, más bien es austero en el lenguaje y las formas, pero la economía en Bolivia se va reactivando poco a poco y la gente traduce eso en esperanza.
Quien pretenda aseverar que el Gobierno boliviano no tomó medidas que ayuden a la población en esta etapa, debería revisar acciones de gobierno como la reactivación de la inversión pública paralizada durante el golpe, créditos a tasa de 0,5 % para iniciativas productivas con sustitución de importaciones, bono contra el hambre o el impuesto a las grandes fortunas. Probablemente estas medidas no aparezcan en grandes titulares de medios de comunicación, pero parecen estar llegando a la vida cotidiana de quienes le otorgan su confianza a Arce. Sin embargo, en la encuesta queda claro que las expectativas depositadas en la capacidad del Gobierno para mejorar la situación están condicionadas a resultados concretos en materia de progreso económico y social, es decir, que no es un perpetuo cheque en blanco.
Mientras tanto, la oposición boliviana se estanca o retrocede. La pérdida de terreno es más contundente para las figuras más radicales, como Luis Fernando Camacho, cuya imagen negativa tiene un claro incremento a nivel nacional. Las y los miembros de oposición que muestran una acción política menos confrontativa con el Gobierno nacional ‒principalmente desde espacios municipales‒, como Eva Copa y Manfred Reyes Villa, ven menos reducido su caudal de apoyo popular y muestran mayor estabilidad en su nivel de aceptación. Quizás por esta razón algunos liderazgos de oposición se cuidan de aparecer demasiado cerca de las y los radicales, consiguiendo que los medios de comunicación no los coloquen en la misma bolsa ante los ojos de la población.
Por otra parte, hay alrededor de un 30 % de las personas consultadas que manifiestan que “no les gusta el Gobierno, pero tampoco la oposición”, es decir, que la oposición pierde la simpatía de una parte de quienes votaron por ellos. Haciendo foco en este segmento, un tercio tiene una imagen positiva de Arce. Podría pensarse que, a pesar de las críticas que este sector hace al Gobierno, una parte muestra mayor cercanía con el presidente que con la oposición.
La igualdad entre hombres y mujeres: algo está cambiando en Bolivia
Una cuestión destacada de la encuesta, y que atraviesa más de una pregunta, es la importancia del problema de la desigualdad entre hombres y mujeres, y de la violencia de género. Tres cuartas partes de la población encuestada en marzo cree que la igualdad entre hombres y mujeres es un tema prioritario a resolver; ya no se trata de un tema reservado a las mujeres y mucho menos a los sectores feministas. Es una idea que ha generado una fuerza hegemónica y, cuando esto sucede en una sociedad, es un buen momento para avanzar y profundizar las conquistas ya conseguidas. Los cambios generados en los últimos quince años en Bolivia, en términos de participación política de las mujeres en espacios de toma de decisión, con la consolidación de la democracia paritaria, son un ejemplo para la región y el mundo. Sin embargo, hay temas ‒como la violencia machista‒ que siguen siendo un problema grave a ser resuelto. Bolivia cambió, y ya la violencia contra mujeres, niñas y jóvenes se ve más claramente como una problemática de carácter público y no de la esfera privada como se percibía durante los Gobiernos neoliberales. El hecho de que el 75 % de la población boliviana priorice esta temática de manera tan clara es definitivamente una oportunidad para avanzar con contundencia en la despatriarcalización de la sociedad.
El escenario político de Bolivia está cambiando, particularmente algunas de las nuevas prioridades de la población, como la mencionada cuestión de la despatriarcalización, y el tablero opositor. A casi dos años de gestión, el gran mérito del Gobierno de Luis Arce es que ha conseguido consolidar avances socioeconómicos y mantener una buena expectativa de futuro.
LA ECONOMÍA DE BOLIVIA CRECIÓ EN 4,13% AL PRIMER SEMESTRE DE 2022
En un contexto internacional adverso, aún debilitado por los efectos de la pandemia por COVID – 19 y el conflicto bélico suscitado en Europa, con el resurgimiento de problemas inflacionarios en las principales economías, que repercutieron en la región y principalmente a países vecinos y socios comerciales; Bolivia reporta un ambiente de estabilidad económica que se refleja en el comportamiento de sus principales indicadores macroeconómicos en términos de precios y crecimiento, es así que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, en el primer semestre de la presente gestión, registró una variación acumulada de 4,13%, como resultado de las medidas de política económica y social implementadas orientadas a la reconstrucción económica.
PIB por actividad económica
Las actividades económicas que mejor desempeño tuvieron de enero a junio de 2022 respecto a similar período de 2021, fueron: Transporte y Almacenamiento, Otros Servicios y Electricidad, Gas y Agua. En el primer caso, la variación fue de 10,45%, principalmente, como consecuencia del crecimiento de 36,42% del Servicio de Transporte Aéreo, y 17,45% Transporte Ferroviario, a razón del mayor flujo de pasajeros y carga. Por su parte, la actividad de Otros Servicios registró una variación de 8,65%, como consecuencia del crecimiento en 12,95% del servicio de Restaurantes y Hoteles. Mientras que, la actividad de Electricidad, Gas y Agua, registró variación de 7,03%, resultado principalmente del mayor crecimiento en el servicio de Electricidad de 7,61%.
Otros sectores económicos relevantes, que registraron importantes tasas de crecimiento en el período fueron, Construcción y Agropecuaria, con variaciones de 6,07% y 5,73%, respectivamente.
Es necesario resaltar, la recuperación del sector de la Industria Manufacturera en el período, que registró un crecimiento de 2,78%, como efecto de la variación de 5,28% registrado en la Industria de Alimentos, y que fue atenuada por la variación de -0,29% sucedida en Otras Industrias Manufactureras.
PIB por tipo de gasto
La composición del PIB por Tipo de Gasto muestra mayor crecimiento en Exportaciones de Bienes y Servicios de 16,62%, en orden de importancia le sigue la Formación Bruta de Capital Fijo (inversión) que creció en 7,75%. Debe resaltarse el crecimiento de 4,15% del Gasto de Consumo Final de los Hogares, efecto del dinamismo interno otorgado por las políticas públicas de reactivación del mercado interno.