El Partido Comunista chino (PCCh) ha dado por concluida la XX edición de un congreso que ha supuesto la renovación de su Comité Central, el máximo órgano dirigente formado por 200 varones, que decide el destino de la potencia asiática. La identidad de los nuevos integrantes aún no ha sido publicada.
Este nuevo Comité directivo eligió entre sus miembros a los que serán miembros del Politburó, que forman 25 personas, y que es el órgano de decisión más alto del partido y de la política que lleva a cabo el gobierno comunista chino.
Xi Jinping hizo un llamamiento para que el nuevo Comité Central siga «inquebrantablemente» un camino que permita el desarrollo político del socialismo con las características propias de China y a mantenerse fieles a «la unidad orgánica del liderazgo del partido». A su vez, se mostró favorable a avanzar en desarrollar «integralmente» la democracia consultiva para «fortalecer la garantía del dominio popular del país» y así promover «la democracia popular» y «un frente único patriótico», explicó.
El presidente chino ha expuesto su deseo de «desempeñar mejor el papel del Estado de derecho», construyendo integralmente un país socialista moderno y ha recordado la importancia de implementar en las políticas del Comité Central «el concepto general de seguridad nacional». Respecto a lo cual ha dicho el mandatario chino: «Es necesario mejorar el sistema de seguridad nacional, mejorar la capacidad de mantener la seguridad nacional, mejorar el nivel de gobernanza de la seguridad pública».
El renovado Comité Central estará encabezado por el presidente chino y secretario general del partido, Xi Jinping.
La otra medida clave que se ha decidido tras una semana de reuniones es la aprobación de una enmienda a la Constitución china para sustituir la mención al «Pensamiento de Xin Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era», que actualmente recoge, por un reducido «Pensamiento de Xi Jinping».
Una de las sorpresas del Congreso ha sido la expulsión del Palacio del Pueblo del expresidente de China, Hu Jintao, de 79 años, en una clara muestra de purga con escarnio público por parte de un incompasivo Xi Jinping. Jintao presidió la República Popular de China del 2003 al 2013, es decir, es el antecesor directo en el cargo del actual presidente. La extraña escena, que duró alrededor de un minuto, supone – a falta de confirmación oficial- la posible anulación política de la facción cercana al expresidente chino y, con ello, una perpetuación más fuerte del actual mandatario como líder del partido único y de China. Xi se dirige así hacia la consolidación de su poder ante un «complejo ambiente a nivel internacional» plagado de «desafíos internos», como han hecho notar miembros de la cúpula del partido, que destaca los éxitos «inusuales y extraordinarios» de un político cuya ascendente carrera en la organización política más grande del mundo sorprendió desde los inicios.
Después de que la prensa internacional accediera al gran salón donde se celebró el evento, dos asistentes fueron los encargados de acercarse al expresidente Jintao para requerirle que abandonara la sala, escoltándolo hasta la salida. El exmandatario se resistió en todo momento, dirigió algunas palabras -que no han trascendido- a un indiferente Xi Jinping y colocó su mano sobre uno de los hombros del primer ministro Li Keqiang, hasta que fue finalmente desalojado.
¿Hacia dónde va la economía china?
Efe.- El XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) terminó este sábado tras una semana de cumbres a puerta cerrada que marcan el inicio de un nuevo ciclo político para los próximos cinco años, y en las que se habló de regular la acumulación de riqueza y de «ajustar» los ingresos «excesivos».
Aunque su carga es principalmente política e ideológica, la economía también ha estado presente a lo largo de las últimas jornadas. Estos son los hechos más destacados, en lo económico, que deja el cónclave:
1.- CRECIMIENTO «DE CALIDAD» Y «AUTOSUFICIENCIA» TECNOLÓGICA
El discurso con el que el líder del PCCh y del país, Xi Jinping, dio el pistoletazo de salida al Congreso no fue especialmente sorprendente desde el punto de vista económico, pero sí reiterativo en ideas que ya venían cociéndose en los últimos meses o años.
Ante la desaceleración de la economía, Xi incidió en que el país no debe tratar de conseguir un crecimiento rápido a toda costa sino uno de «alta calidad», para lo que reclamó un aumento de la demanda nacional o reforzar la seguridad de las cadenas industriales y de suministro.
El secretario general del PCCh también efectuó hasta seis menciones a la «autosuficiencia» tecnológica, término que no figuró en su discurso durante el Congreso de 2017, lo que demostraría que se trata ahora de una cuestión prioritaria en el marco de la guerra comercial con Estados Unidos, que se ha expandido a otras áreas clave como los semiconductores.
2.- ¿»REGULAR» LA ACUMULACIÓN DE RIQUEZA?
Más allá del lema de la «prosperidad común», uno de los puntos del discurso de Xi que más llamó la atención de los expertos fue la promesa de «regular» la acumulación de riqueza y de «ajustar» los ingresos «excesivos».
«Es la primera vez que le oímos hablar de un mecanismo para regular la acumulación de riqueza. No está claro en qué se traducirá en la práctica, pero podría tener grandes implicaciones para los ricos y para los que aspiran a ser ricos», apuntan desde la consultora Trivium China.
Según el análisis de Trivium, en los próximos meses se irán conociendo más detalles sobre esta iniciativa, pero no se esperan «acciones drásticas» a corto plazo debido a que el Partido no quiere ahuyentar a los «creadores en potencia de riqueza y crecimiento» en un momento en el que la economía nacional se encuentra «en graves apuros».
3.- CHINA NO PUBLICA SU PIB, PERO HABLA DE RECUPERACIÓN
El día 14, la Administración General de Aduanas del país asiático faltó a su anunciada cita con los datos del comercio exterior de septiembre, lo que levantó unas sospechas que se confirmaron cuando, de manera abrupta y sin explicaciones, la Oficina Nacional de Estadística (ONE) pospuso indefinidamente la publicación de los datos del PIB del tercer trimestre.
Esto activó las alarmas incluso pese a que las perspectivas eran positivas (crecimiento intertrimestral del 3,5% tras la contracción del 2,6% entre el primer y el segundo trimestre), pero la razón podría ser mucho más mundana: según fuentes citadas por Bloomberg, los altos cargos que deben firmar la autorización para publicar los datos estaban aislados por las medidas anticovid que rodean al Congreso.
El mismo lunes, el primer ministro, Li Keqiang, quiso despejar las dudas al asegurar que la economía china está «tendiendo al alza y recuperándose», un mensaje que reiteró el subdirector de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, el principal órgano de PLANIFICACIÓN ECONÓMICA DEL PAÍS.
4.- LOS BANCOS ESTATALES PROMETEN MÁS APOYO
El mismo día que arrancó el Congreso, después de que Xi anunciase más apoyo a las pymes y a la «economía real», los principales bancos estatales del país publicaron prácticamente al unísono comunicados en los que atendían al llamamiento.
El mayor banco del país y uno de los más grandes del mundo, ICBC, destacó los 5 billones de yuanes (690.000 millones de dólares, 706.000 millones de euros) que ha destinado a inversiones y nueva financiación en los tres primeros trimestres, «ayudando a estabilizar la economía a nivel general».
La entidad se comprometió a cumplir con el «papel como pilar» que le corresponde por su tamaño y a «incrementar todavía más el apoyo a la economía real», promesa que también hicieron otros pesos pesados como China Construction Bank, que avanzó que «acelerará» la concesión de nuevos créditos.
5.- EL ‘COVID CERO’ SIGUE VIGENTE
Según la mayoría de analistas, la estricta política de tolerancia cero con la que China ha afrontado la pandemia de la covid-19 ha sido uno de los factores que han lastrado todavía más una economía nacional que ya mostraba signos de desaceleración en los últimos años.
Sin embargo, ni el discurso de Xi ni las comparecencias de los portavoces del PCCh han dejado entrever un cambio de estrategia, y la consultora Capital Economics ya sitúa en 2024 sus pronósticos de una retirada significativa de restricciones debido a la baja tasa de vacunación entre los ancianos, vulnerables frente al coronavirus.
Pese a todo, hay algunas señales positivas: las principales aerolíneas chinas ya han anunciado una tímida reanudación de algunas rutas internacionales, y algunas informaciones apuntaron a que el Congreso habría debatido si reducir la cuarentena obligatoria al llegar al país de los actuales 10 días a 7, un extremo que no han confirmado las autoridades.
6.- SIN OPTIMISMO EN LAS BOLSAS
Las bolsas chinas han acusado en los últimos tiempos las perspectivas negativas sobre la economía china y las agresivas subidas de tipos en Estados Unidos, que amenazan no solo la inversión en renta variable sino también la valoración del yuan frente al dólar, que alcanzó niveles mínimos desde 2008.
El Congreso del PCCh no ha conseguido revertir el pesimismo entre los inversores, ya que, a lo largo de la semana, la Bolsa de Shanghái perdió un 1,08% y la de Shenzhen, un 1,82%; el índice CSI 300, que engloba a las 300 principales compañías de estos dos mercados, cedió un 2,59%.
SE REALIZÓ CON ÉXITO XX CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA
China, un país más socialista y a favor de un mundo multipolar
Sergio Ortiz
“O MAIS GRANDE DO MUNDO”
Los brasileños acuñaron esa expresión para proclamar que son los más grandes del mundo en fútbol y otras dimensiones. Los chinos, que política y culturalmente son más modestos, no presumen de ciertas cosas, pero son los más grandes en varios planos, no futbolísticos. Con 1.360 millones de habitantes, son la nación más poblada del planeta.
Su Partido Comunista, fundado en julio de 1921 por doce delegados a nombre de 50 afiliados en todo el país, hoy tiene 96 millones y es el partido más grande del mundo. Y podría ser más numeroso si la organización fuera light o movimientista. No lo es porque para ingresar se requieren muchas pruebas de condición comunista. El modelo de partido leninista sigue privilegiando el compromiso por sobre el número. No entra cualquiera ni porque desee estar. Hay que demostrar fidelidad a las ideas y una práctica, y eso se muestra adentro de una célula, pues no hay militantes “sueltos”. Aquellos 96 millones se integran a 4.300.000 células y comités. El comunista chino no es un tiro al aire, es una bala adentro de un cargador junto a otras balas, para decirlo en metáfora con olor a pólvora. Ya que estamos en onda militar, completemos diciendo que el Ejército Popular de Liberación cuenta con 2.035.000 efectivos, bien politizados y mejor armados. No invaden otros países. Defienden la seguridad nacional y estuvieron en la palestra internacional por sus maniobras ratificando que Taiwán es parte indivisible de la República Popular.
La militancia partidaria vivió un acontecimiento muy importante pues entre el 16 y el 22 de octubre se realizó el XX Congreso Nacional, con 2.296 delegados elegidos previamente en asambleas (27 por ciento mujeres). Otros centenares fueron invitados con voz pero sin voto, para ampliar el espectro con organismos y partidos aliados de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (sí, leyó bien, pues es falso que haya un partido único; hay otros con representación en este órgano de asesoramiento de la Asamblea Popular Nacional).
El XIX Congreso había sido en 2017 y, como los chinos son muy ordenados, tocaba en 2022 realizar el XX.
NO HAY DOS SIN TRES
Un asunto muy importante fue que el secretario general Xi Jinping fue reelecto para un tercer mandato de cinco años. Su debut en ese cargo fue en 2012 y en marzo de 2013, fue ungido presidente por la Asamblea Popular Nacional. Xi estaba completando su segundo mandato como secretario general partidario y presidente del país. Hasta el 2018 estuvo vedado un tercer mandato, pero ese año la Asamblea levantó tal prohibición.
El XX Congreso eligió primero a un Comité Central de 203 miembros titulares y 168 suplentes. Luego el flamante CC eligió como secretario general a Xi, que tendrá entonces su tercer período en ese cargo y seguramente presidente de la República Popular China. El Buró Político tiene 24 integrantes, y de ellos 7 son los del Comité Permanente, con Xi al frente.
Esto es lo importante: deliberó un Congreso representativo de los 96 millones de comunistas, votó sus resoluciones políticas con los objetivos del país socialista para el quinquenio y eligió sus autoridades. Ellos no tienen PASO como en Argentina democrático burguesa ni primarias como el bipartidismo de la plutocracia yanqui. Hacen sus congresos como lo hicieron por primera vez en Shanghai en 1921 y ahora en el Gran Salón del Pueblo, de Beijing, que antes se escribía Pekin.
Hay bastante que aplaudir de la gestión de ese gobierno socialista. Uno de los logros más significativos fue que entre 2012 y 2020 el gobierno de Xi logró sacar de la pobreza a los últimos 98,9 millones de personas que vivían en esa condición, lo que liberó de la pobreza a 832 condados y 128.000 aldeas campesinas. China eliminó la pobreza, una cátedra que deberían cursar tantos gobiernos del mundo, incluso de países con muchas riquezas como Argentina donde el INDEC habla del 36,5 de pobreza y se estima que la nueva medición arrojará un 40.
El PC de China se había planteado esa meta en 2015 para lograrla en 2022 y en febrero de 2021 el presidente Xi anunció que se había realizado.
Críticos bastante venenosos, como Julián Varsavsky (Página/12, 24/10), la acusan mal de que “las minorías que protestan son neutralizadas (perseguidas y encarceladas)”. Cuestionan a su gobierno como capitalista que “copia y crea” y ante sus mejorías evidentes lo estigmatizan como una “eficracia”, una eficaz burocracia. No obstante, JV admite a regañadientes que “el PBI creció 926% en 32 años mientras 800 millones de chinos dejaban la pobreza y el país lideraba el desarrollo de internet 5G a nivel global”.
Como el Panorama Económico Mundial difundido por el FMI en su última Asamblea Anual pronosticó creciente recesión internacional y aumento de la pobreza, los logros económicos y sociales de Beijing deberían ser tenidos en cuenta por el mundo. La consigna de Rosa Luxemburgo de “Socialismo o barbarie” en este caso se puede traducir como “Socialismo o pobreza”.