Estados Unidos habría solicitado a países de América Latina y el Caribe que donen armas, especialmente tanques de guerra a Ucrania, para que enfrente y combata a Rusia, pero las naciones más grandes y fuertes, simplemente no aceptaron ese pedido-orden y presión imperial, porque significaría intervenir en una guerra ajena que ya ocasiona serios problemas económicos, entre ellos, la disminución de las metas de crecimiento previstas para el año 2023.
Según análisis de especialistas, la problemática bélica ocasiona graves repercusiones en el crecimiento global, mayor inflación provocada por la inestabilidad de los mercados financieros, que afecta, también, al mercado laboral al influir, negativamente, en los índices de empleo.
¿Qué ocurriría a la economía ecuatoriana si el gobierno accediera a donar tanques de guerra o helicópteros a Ucrania? Al parecer ese habría sido el principal propósito de la “visita” al Ecuador de la General Laura Richardson, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos. Recuérdese que Ecuador ha comprado equipos militares a Rusia como helicópteros Mi-8/-17 y misiles portátiles tierra-aire y ese armamento sería el que Richardson quería que se le regale a Ucrania.
Ecuador mantiene buenas relaciones diplomáticas y comerciales con Rusia, las que se afectarían con gravedad si obedece a Estados Unidos. El comercio con Rusia significa para el país sudamericano, unos 2.400 millones de dólares al año, por la exportación de banano y flores, en particular; cifra que, oficialmente, es menor.
Las guerras son muy negativas para todos los pueblos del mundo porque significan destrucción, muertos y heridos. En estos tiempos se anhela la paz como requisito fundamental para forjar el progreso y desarrollo de los pueblos. El gobierno del Ecuador ha guardado silencio sobre la provisión de armas a Ucrania. ¿Qué piensa?
Es necesario considerar que Naftalí Bennet, ex primer ministro de Israel, desveló que el Reino Unido, Francia y Alemania han saboteado las negociaciones de paz en Ucrania
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Por su parte, los países latinoamericanos se han negado a enviar armas a Ucrania a pesar de las presiones de Estados Unidos y Alemania.
Según informaciones publicadas por Redacción de BBC News Mundo, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, se convirtió en el último líder en América Latina en oponerse públicamente a enviar armamento a Ucrania.
Durante un encuentro con el canciller alemán Olaf Scholz, de visita por varios países latinoamericanos, Fernández aclaró que Argentina «no está pensando en enviar armas» a la zona de conflicto, según informó el 29 de enero la agencia oficial argentina de noticias, Télam.
Unos días antes, sus pares de Colombia, México y Brasil habían realizado afirmaciones similares.
Los anuncios presidenciales fueron en respuesta a la jefa del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, la general Laura Richardson, quien unos días antes había revelado que Washington les pidió a seis países de América Latina que donen a Ucrania su equipamiento militar comprado a Rusia.
Ni Argentina ni nadie en América Latina “está pensando en enviar armamentos” a Ucrania, dijo el presidente argentino Alberto Fernández tras su reunión con el canciller alemán Olaf Scholz en Buenos Aires. También Brasil y Colombia se han mostrado en contra invocando su neutralidad.
El presidente argentino, Alberto Fernández, declaró en una rueda de prensa conjunta con el canciller alemán, Olaf Scholz, de visita en Buenos Aires, que esperaba «el fin de las hostilidades lo antes posible».
Sin embargo, el presidente argentino reiteró que su país no entregaría armas a Ucrania. No quiso comentar la reciente decisión de Alemania de suministrar tanques a Ucrania y subrayó que «Argentina y América Latina no se plantean enviar armas a Ucrania ni a ningún otro lugar en conflicto».
Según el diario brasileño Folha de S. Paulo, el recién elegido presidente brasileño, Lula da Silva, ha rechazado la petición del gobierno alemán de suministrar munición para el carro de combate Leopard-1 que se enviará a Ucrania.
Mientras que el jefe del ejército brasileño, Julio Cesar Arruda, alabó los intereses económicos de tal entrega, el presidente brasileño se opuso a tal operación, argumentando que «no valía la pena provocar a los rusos», detalla el diario Folha. Esta decisión del nuevo jefe de Estado brasileño se produjo un día antes de que Julio César Arruda fuera destituido de su puesto de mando.
El diario Folha también informa de que Colombia rechazó recientemente la entrega de viejos helicópteros Mi-9 y Mi-17 de fabricación soviética.
Sin embargo, el Pentágono presiona a Latinoamérica para que envíe armas a Ucrania. Así la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, pidió a los países latinoamericanos ceder su equipamiento militar ruso a Ucrania, resaltando la influencia creciente de potencias como Rusia y China en, una región que reviste particular importancia para Washington. A su vez, ofrece reemplazar las armas vendidas por Moscú por equipamiento estadounidense.
Brasil, Colombia, Argentina y México, no han tardado mucho en negar el envío de armas a Ucrania, en consecuencia, todos los países latinoamericanos se niegan a enviar armas, rusas o no, a Ucrania[CVVR1]
Por su parte, el periodista Nick Corbishley, desde Washington sostenía que Kiev y la UE han estado presionando furiosamente a los gobiernos latinoamericanos para que proporcionen armamento a Ucrania, pero los gobiernos latinoamericanos siguen sin querer participar en esta guerra.
Añadía que cuatro países latinoamericanos -Brasil, Colombia, Argentina y México- han rechazado categóricamente las peticiones de Estados Unidos y de la Unión Europea de enviar armas a Ucrania. Como se recordará, la comandante del Mando Sur de EEUU (USSOUTHCOM), la general Laura Richardson, declaró recientemente que Washington está animando a seis países de la región que poseen material militar ruso, incluidos los cuatro mencionados, a que «lo donen o lo cambien por material estadounidense».
La Unión Europea y Ucrania también han estado presionando furiosamente a los países latinoamericanos para que proporcionen armamento, de fabricación rusa o no. Como se señaló, estas frenéticas peticiones de ayuda podrían interpretarse como una prueba más de la grave escasez de recursos que afecta a la alianza de la OTAN. Pero no habrá alivio por parte de las mayores economías de América Latina, que están decididas a mantener la neutralidad en el conflicto.
El objetivo de Washington al presionar a los países para que entreguen o «cambien» su armamento ruso parece ser triple: primero, reducir las ventas de armas rusas y su creciente influencia en su vecindario directo; segundo, suplantar esas ventas e influencia; y tercero, como medida provisional para rearmar a Ucrania. Hasta que las fuerzas armadas ucranianas tengan suficientes armas de producción occidental para reponer sus existencias y estén bien versadas en cómo utilizarlas, lo que lleva mucho tiempo, sus soldados necesitan desesperadamente munición para las armas de fabricación rusa con las que están más familiarizados.
Por eso Washington, Kiev y algunos gobiernos europeos instan a los países de Latinoamérica a que renuncien a las armas rusas. Pero no está funcionando.
«NO MERECE LA PENA PROVOCAR A RUSIA»
Entre los países latinoamericanos con armas de fabricación rusa se encuentran Venezuela, Cuba y Nicaragua, los tres con vínculos militares extremadamente estrechos con Rusia; que han tenido que soportar años de debilitantes sanciones estadounidenses; y que culpan en gran medida a la expansión de la OTAN y a la intromisión estadounidense de la guerra de Ucrania. Es seguro suponer que no renunciarán a ninguna de sus armas de fabricación rusa a corto plazo.
Los seis países de los que Washington ha intentado extraer armas son, según se informa, Brasil, Colombia, Argentina, México, Ecuador y Perú.
Los miembros de la OTAN no sólo piden armas rusas. A principios de este mes, Alemania se ofreció a pagar al gobierno de Brasil 25 millones de reales (unos 5 millones de dólares) por un depósito de municiones para sus tanques Leopard 1. La petición sugiere que Berlín también está dispuesto a ofrecer el modelo más antiguo de su tanque Leopard a Ucrania. De hecho, el fabricante ya ha empezado a reacondicionar los vehículos, pero hay escasez de munición. Además de Alemania, sólo Brasil (con 261 unidades), Chile (30), Grecia (500) y Turquía (397) siguen operando con los tanques.
Pero Brasil no está dispuesto a seguir el juego. Según informó Folha de Sao Paulo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (alias Lula), rechazó la petición durante una reunión con los jefes de las Fuerzas Armadas y el ministro de Defensa, José Múcio, el 20 de enero. El recién reelegido presidente dijo que «no valía la pena provocar a Rusia».
Más tarde afirmó: «Brasil no tiene ningún interés en pasar municiones para que se utilicen en la guerra entre Ucrania y Rusia. Brasil es un país de paz. En este momento, necesitamos encontrar a los que quieren la paz, una palabra que hasta ahora se ha utilizado muy poco.»
Rusia no sólo es una fuente insustituible de fertilizantes para la enorme industria agrícola brasileña, sino que también es miembro del BRICS. Y Lula se ha comprometido a reforzar la cooperación en el marco de la agrupación BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que podría estar a punto de crecer mucho más con la admisión de nuevos miembros.
“Lula ya levantó ampollas en Washington, Bruselas, Londres y Kiev en mayo del año pasado al atribuir gran parte de la culpa del conflicto de Ucrania a la OTAN. La otra cuestión era la adhesión de Ucrania a la Unión Europea. Los europeos podrían haber dicho: «No, ahora no es el momento de que Ucrania se una a la U.E., esperaremos». No tenían por qué fomentar la confrontación.
Lula enfatizó que, si no quisiera la guerra, habría negociado un poco más. Eso es todo… Estáis animando a este tipo [Zelenskyy], y luego él cree que es la guinda de vuestro pastel. Deberíamos tener una conversación seria: «Vale, has sido un comediante simpático. Pero no hagamos la guerra para que aparezcas en televisión».
Brasil ayudará a conseguir la paz, pero no contribuirá en modo alguno a las operaciones militares, añadió el presidente Lula. Afirmó que la guerra de Brasil es contra un enemigo totalmente distinto: la pobreza.
RECHAZOS POR DOQUIER
Lula no es el único jefe de gobierno de América Latina que se ha negado a suministrar a Ucrania armas de fabricación rusa. El presidente de Argentina declaró durante una conferencia de prensa con el canciller alemán Olaf Scholz que «ni Argentina ni nadie en América Latina» está pensando en enviar armas a Ucrania.
Como informó CNN, los presidentes de Colombia y México también han dejado clara su postura sobre la guerra de Rusia en Ucrania: «no están de acuerdo con ella, hay que buscar la paz y no participarán en la guerra de ninguna manera.»
En su intervención en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el presidente de Colombia, Gustavo Petro, reconoció que, efectivamente, Colombia tiene armas de fabricación rusa adquiridas por gobiernos anteriores. También dijo que representantes estadounidenses le habían instado a donar esas armas a la causa ucraniana, a lo que su respuesta fue un rotundo no.
«Les dije que nuestra Constitución incluye un compromiso, en el ámbito internacional, con la paz. Y [esas armas] se quedarán como chatarra en Colombia; no las entregaremos para que se las lleven a Ucrania a prolongar una guerra», dijo Petro, quien también se esforzó en subrayar la neutralidad de Colombia en este conflicto: «No estamos con nadie. Estamos con la paz».
Huelga decir que se trata de una postura de alto riesgo para el dirigente electo de un país que tiene en su suelo al menos siete bases militares estadounidenses y, al parecer, decenas de las llamadas «cuasi-bases». Durante décadas, Colombia ha servido a Estados Unidos como cabeza de playa estratégica para combatir a los países no alineados de Sudamérica. También es uno de los socios globales de la OTAN, y el primer socio latinoamericano de la alianza. Pero ahora Petro se niega a participar en su guerra por poderes con su enemigo histórico, Rusia.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO para abreviar), no sólo se negó a enviar armas a Ucrania, sino que arremetió contra el gobierno de Alemania por su decisión de enviar tanques a la zona de guerra. AMLO citó la decisión como un ejemplo del poder que ejercen los medios corporativos sobre los gobiernos.
«Alemania no quiso implicarse demasiado en la guerra de Rusia y Ucrania. Y en contra de la población de Alemania, o de la mayoría de los alemanes, el gobierno decide enviar más armas a Ucrania, debido a la presión de los medios de comunicación.», señaló.
Los servicios diplomáticos rusos respondieron a las declaraciones de ambos jefes de Estado con tuits en los que les agradecían que se negaran a enviar armas a Ucrania. La embajada rusa en Bogotá emitió un comunicado en el que elogiaba la decisión «muy realista» de Petro de no donar a Ucrania las armas rusas que tiene en el país. En México, la embajada rusa declaró:
«Agradecemos a López Obrador su posición abierta y clara sobre el suministro de tanques alemanes a territorio ucraniano. Esperamos que nadie dude de que actualmente existe un enfrentamiento directo entre el Occidente y Rusia. Ya sabéis lo que va a pasar con esos tanques».
Desde que comenzó la guerra en Ucrania, el gobierno de AMLO, al igual que la mayoría de los gobiernos de América Latina, ha intentado mantener una posición neutral respecto al conflicto. Esto está en consonancia con la larga, aunque interrumpida, historia de neutralidad de México, que se remonta a principios de la década de 1930. La Constitución mexicana incluye incluso una lista de principios de política exterior, como el compromiso de no intervenir en los asuntos internos de otros países, la resolución pacífica de conflictos y la promoción de la seguridad colectiva mediante la participación activa en organizaciones internacionales.
Sin embargo, es probable que AMLO se enfrente a las críticas de Estados Unidos por criticar abiertamente a un Estado cliente clave de Europa en un tema tan delicado. Los medios de comunicación locales y los partidos de la oposición ya le acusan de ser un títere de Putin. Lo mismo ocurre con Petro.
Como recordarán los lectores, la ex embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobsen, acusó recientemente a AMLO de “casi intencionadamente… tratar de provocar a Estados Unidos…” Y uno de los mayores huesos de la discordia, dijo, es el conflicto Rusia-Ucrania, en particular la negativa de México a «pronunciarse a favor de la soberanía [ucraniana], como han hecho muchos países del mundo, no sólo Estados Unidos». Ese hueso acaba de crecer un poco más.
Por su parte, Editora Bogotá aseguraba que pese a la presión de Estados Unidos y la Unión Europea, los gobiernos de Brasil, Argentina y Colombia se negaron a enviar armas a la guerra desatada por occidente en la frontera con Rusia. La comandante del Comando Sur del ejército estadounidense, que opera en América Latina y el Caribe, viene presionando a los países de la región para que armen a Ucrania. Ante tal acotación, los líderes progresistas de América Latina como México, Argentina, Brasil y Colombia decidieron mantener la neutralidad y, por el contrario, siguen instando a la paz. También los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua señalan directamente que la expansión de la OTAN y la injerencia estadounidense son las que provocan la guerra en Ucrania. El presidente progresista de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció mantener conversaciones de paz para poner fin al conflicto. Mientras que Bolivia y Honduras se han unido a Brasil, Argentina y Colombia para negarse a formar parte de la guerra promovida por Washington.
Con relación a la declaración del jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el presidente Lula Da Silva rechazó el envío de tanques a Ucrania, al significar una escalada de la guerra por poderes de la OTAN contra Rusia. Específicamente Alemania pidió a Brasil que enviara munición de guerra a Kiev. Pero el recién investido presidente se negó a hacerlo.
Lula fue cofundador del bloque BRICS – formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- desde hace tiempo aboga por un mundo multipolar y apoya la cooperación Sur-Sur y la integración regional. También ha denunciado a los gobiernos occidentales por recrudecer la violencia en Ucrania en lugar de fomentar las negociaciones de paz.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es otro líder latinoamericano que se ha pronunciado en contra del envío de armas a Ucrania y aboga por la neutralidad de los países que no están involucrados en el conflicto.
En tanto que Estados Unidos incrementó sus conversaciones con varios países latinoamericanos con el objetivo de que suministren a Ucrania sus equipos militares de fabricación rusa a cambio de armas estadounidenses, reveló la jefa del Comando Sur del Pentágono, la general Laura Richardson.
Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por la agencia Tass, dijo que Rusia seguirá «muy de cerca» los intentos de Estados Unidos de persuadir a los países latinoamericanos para que transfieran sus armas a Ucrania. «Aquí es muy importante, tener en cuenta las restricciones legales y jurídicas relacionadas con los suministros a terceras naciones», declaró Peskov, recordando que «cualquier entrega está sujeta a ciertas obligaciones adquiridas por aquellos países que reciben los equipos militares» rusos.
Para Estrados Unidos, “China y Rusia son los grandes rivales de Washington en América Latina”, así lo afirmó la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, quien sugirió a países latinoamericanos que “donen” equipamiento ruso a Ucrania para reemplazarlo” por material estadounidense.
“Esta región importa e importa mucho para nuestra seguridad nacional”, aseguró la general Laura Richardson durante una conversación con el grupo de reflexión Atlantic Council en Washington, consciente de las críticas de países latinoamericanos que se sienten abandonados. Estados Unidos, aun considera que América Latina es su “patio trasero” y el Caribe su “lago particular”.
Frente a esas pretensiones, paulatinamente, la región actúa con mayor autonomía e independencia. Así, un total de nueve países latinoamericanos tienen equipamiento ruso que molesta a Estados Unidos que declaró que estaba trabajando para reemplazar ese equipamiento ruso por equipamiento de Estados Unidos si esos países quieren donarlo a Ucrania o la causa en curso”, afirmó la Richardson refiriéndose a la guerra que se libra en Ucrania.
Estados Unidos se ha convertido en el brazo derecho de Ucrania. Por ese motivo, la Agencia Central de Inteligencia, CIA, se reunió en secreto con el presidente de Ucrania y le advirtió sobre los próximos planes militares de Rusia. Como consecuencia de esas reuniones, Ucrania pidió más tanques a sus aliados de Occidente y les urgió: “Es hora de dejar de temblar ante Putin”
Además de Estados Unidos, la Unión Europea se ha declarado aliada de Ucrania, razón por la cual, el Jefe del Consejo Europeo visitó a Ucrania “para debatir nuevas medidas para derrotar a los rusos.”
Por su parte, Estados Unidos por intermedio de la Jefa del Comando Sur, general Laura Richardson pidió a seis países latinoamericanos donar a Ucrania los equipos militares comprados en Rusia, y propuso reemplazar ese arsenal con armas y equipamiento de origen estadounidense. En este sentido, el pedido de la general Richardson no solo se da en el marco de la guerra que se lleva a cabo entre ambos países desde principios del 2022, sino también a partir de reconocer la influencia creciente de potencias como Rusia y China en Latinoamérica.
Durante una reunión llevada a cabo por parte del grupo del Atlántico Norte, la general estadounidense afirmó: “Rusia tiene aliados en los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero otros seis países tienen equipamiento militar ruso” por lo que “Estados Unidos está tratando de que esos seis países donen el equipamiento militar ruso a Ucrania y reemplazarlo con armamento estadounidense”.
Según, Infobae, la funcionaria estadounidense resaltó que América Latina es una región que “importa mucho” al país norteamericano, al tiempo que reconoció que Estados Unidos “tiene competencia” para actuar, por lo que “deben hacer las cosas un poco diferente”. El Comando Sur identifica a Rusia, China y a “organizaciones criminales trasnacionales” como los principales competidores en la región.
Y, más allá de Venezuela, Cuba y Nicaragua – que son los principales aliados de Moscú en Latinoamérica -, otros países como México, Perú, Ecuador, Argentina, Colombia y Brasil también han comprado armamento de origen ruso, de acuerdo a un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington. Por lo que la región latinoamericana es tratada como un centro estratégico clave por lo que ha vuelto a ser tema en la agenda norteamericana.
Por otra parte, altos mandos estadounidenses revelaron que EE.UU. intenta persuadir a países latinoamericanos para donar sus armas rusas a Ucrania. En declaraciones al ‘think tank’ Atlantic Council, Richardson afirmó que un total de nueve países de la región poseen en sus arsenales armamento ruso y que el Pentágono está “trabajando para reemplazarlo con equipo estadounidense si esas naciones deciden donarlo a Kiev”.
En nuevas declaraciones a la prensa, la jefa del Comando Sur del Pentágono, la general Laura Richardson, declaró que su país está en conversaciones con varios países latinoamericanos con el objetivo de que suministren a Ucrania sus equipos militares de fabricación rusa a cambio de armas estadounidenses, pero calló que sus gestiones francamente fueron un fracaso.
Igualmente, la agencia de prensa Rusia Today, informaba que el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comentó que Rusia seguirá “muy de cerca” los intentos de Estados Unidos, de persuadir a los países latinoamericanos para que transfieran sus armas a Ucrania. “Cualquier entrega está sujeta a ciertas obligaciones adquiridas por aquellos países que reciben los equipos, enfatizó. Es preciso enfatizar que, si Estados Unidos y Occidente no se entrometieran en Ucrania, las hostilidades bélicas, sin duda, ya se habrían terminado.