Rodrigo Santillán Peralbo
Las profundas injusticias económicas, sociales, culturales y políticas, la inexistencia de una clara y eficiente política alimentaria, provocan desigualdades tan graves que causan desnutrición infantil, un elevado déficit alimentario en personas adultas y un significativo índice de desnutrición, porque, simplemente, no tienen qué comer debido a la infinita pobreza que golpea a más de 3 millones de ecuatorianos que viven en zonas urbanas y rurales.
La FAO sostenía que la seguridad alimentaria existe “cuando toda persona, en todo momento tiene acceso económico y físico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y preferencias en cuanto alimentos a fin de llevar una vida sana y activa”, pero en el Ecuador, país inmensamente rico y de variados pisos climáticos, las carencias para las inmensas mayorías contrastan con la abundancia y el desperdicio que caracterizan a las minorías.
Los sectores que llevan sobre sus vidas el hambre y la desnutrición crónica son los niños y las poblaciones indígenas que, irónicamente, siembran la tierra y cosechan sus productos. De acuerdo con cifras del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, uno de cada tres niños ecuatorianos padece desnutrición; de ellos el 40% son indígenas que sufren las consecuencias de padecer desnutrición crónica con negativas consecuencias, inclusive en los procesos educacionales.
La seguridad alimentaria existe “cuando toda persona en todo momento
tiene acceso económico y físico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y preferencias en
cuantos alimentos a fin de llevar una vida sana y activa” (FAO, 1996:
Artículo 1). Sin embargo, hasta la actualidad los problemas alimenticios
subsisten, afectando a varias partes del mundo y golpeando en mayor
medida a los grupos más pobres y vulnerables.
El secretario del programa gubernamental Ecuador Crece sin Desnutrición, Erwin Ronquillo, en diálogo con The Associated Press dimensionó el problema de la desnutrición crónica infantil en Ecuador. Está “en todo el país” y en todos los estratos económicos, pero en las zonas rurales la situación es mucho más compleja.
Las poblaciones indígenas se llevan la peor parte. Esa realidad ha convertido a Ecuador en el segundo país de Latinoamérica con la tasa más alta de desnutrición crónica infantil, después de Guatemala.
De acuerdo con cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), uno de cada tres niños ecuatorianos padece desnutrición, de ellos un 40,7% son indígenas y están en el rango de desnutrición crónica y en el 21,9%, de esos casos, hay afectación en su desempeño educativo y de aprendizaje. Los indígenas representan el 7 %
Subsisten, afectando a varias partes del mundo y golpeando en mayor
medida a los grupos más pobres y vulnerables. En efecto, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(2009a) para el 2009 alrededor de 1.020 millones de personas1 en todo el
planeta sufrían de hambre y subnutrición, y como es habitual los países
más pobres fueron los que presentaron una peor situación.
1 Cifra que se vio agravada por la crisis económica y el alza en los precios mundiales de alimentos registrada en los dos últimos años.
2 Existe subnutrición cuando la ingesta calórica es inferior a un mínimo calórico
necesario para realizar “una actividad ligera y mantener un peso corporal mínimo
aceptable para la altura alcanzada” (FAO, 2009a).
3 Del total de personas con hambre y subnutrición en el mundo, el 63,1% se
localizaba en Asia y el Pacífico, el 26% en África Subsahariana, el 5,2% en América
latina y el Caribe, el 4,1% en Cercano Oriente y África del Norte, y el 1,5% en los
países desarrollados.
Se busca extender el bono nutricional de $ 240 que otorga el PMA para mujeres embarazadas y con hijos menores de 3 años.
Ecuador tiene el segundo índice de desnutrición crónica infantil más alto de Latinoamérica.
En Ecuador, la situación también es compleja y se estima que el 13 % de la población (2,5 millones) no come o lo hace solo una vez al día, revela Matteo Perrone, representante del PMA en el Ecuador en entrevista con EL UNIVERSO. Las cifras del hambre en el país y a nivel mundial podrían empeorar debido al “coctel” político, económico y social que se está presentando actualmente: guerra entre Rusia y Ucrania, la escalada de precios de los alimentos y de los fertilizantes y la crisis económica ahondada por la pandemia.
La seguridad alimentaria existe “cuando toda persona en todo momento tiene acceso económico y físico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y preferencias en cuanto alimentos a fin de llevar una vida sana y activa” (FAO, 1996).
Sin embargo, hasta la actualidad los problemas alimenticios
subsisten, afectando a varias partes del mundo y golpeando en mayor
medida a los grupos más pobres y vulnerables. En efecto, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(2009a) para el 2009 alrededor de 1.020 millones de personas1 en todo el
planeta sufrían de hambre y subnutrición2, y como es habitual los países
más pobres3 fueron los que presentaron una peor situación.
1 Cifra que se vio agravada por la crisis económica y el alza en los precios mundiales de alimentos registrada en los dos últimos años.
2 Existe subnutrición cuando la ingesta calórica es inferior a un mínimo calórico
necesario para realizar “una actividad ligera y mantener un peso corporal mínimo
aceptable para la altura alcanzada” (FAO, 2009) .
3 Del total de personas con hambre y subnutrición en el mundo, el 63,1% se
localizaba en Asia y el Pacífico, el 26% en África Subsahariana, el 5,2% en América
latina y el Caribe, el 4,1% en Cercano Oriente y África del Norte, y el 1,5% en los
países desarrollados.
Se busca extender el bono nutricional de $ 240 que otorga el PMA para mujeres embarazadas y con hijos menores de 3 años.
Sara Milena acaba de llegar a este mundo. Tiene apenas 20 días. Su madre, Tania Herrera, aún vive con sus padres, que son a la vez el sustento laboral de un hogar ecuatoriano en donde entran de cinco a siete dólares diarios para alimentar a cinco adultos y mantener a la recién llegada.
Ellos son de la provincia andina de Cotopaxi y viven en la capital hace varios años. Ajena a su entorno, la niña lacta con insistencia y emite pequeños gemidos como reclamando que le acomoden para seguir en lo suyo. Esos ingresos se estiran cada jornada para dar de comer a los mayores dos veces al día: en la mañana café con un pan, cuando hay, y en la noche un plato de arroz, o quizá no. Solo de vez en cuando, la familia logra comprar carne de pollo.
El secretario del programa gubernamental Ecuador Crece sin Desnutrición, Erwin Ronquillo, en diálogo con The Associated Press dimensionó el problema de la desnutrición crónica infantil en Ecuador. Está “en todo el país” y en todos los estratos económicos, pero en las zonas rurales la situación es mucho más compleja.
Las poblaciones indígenas se llevan la peor parte. Esa realidad ha convertido a Ecuador en el segundo país de Latinoamérica con la tasa más alta de desnutrición crónica infantil, después de Guatemala.
De acuerdo con cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), uno de cada tres niños ecuatorianos padece desnutrición, de ellos un 40,7% son indígenas y están en el rango de desnutrición crónica y en el 21,9%, de esos casos, hay afectación en su desempeño educativo y de aprendizaje. Los indígenas representan el 7 % del total de ecuatorianos según el último censo oficial de 2010.
Ricardo Zambrano sostiene que desde 2014 el hambre crónica ha ido en aumento a nivel mundial. La situación se deterioró gravemente en 2020 debido al COVID-19. Se estima que actualmente hay 345 millones de personas que por las noches se van a dormir con una sola comida o sin haber comido, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
En Ecuador, la situación también es compleja y se estima que el 13 % de la población (2,5 millones) no come o lo hace solo una vez al día, revela Matteo Perrone, representante del PMA en el Ecuador en entrevista con EL UNIVERSO. Las cifras del hambre en el país y a nivel mundial podrían empeorar debido al “coctel” político, económico y social que se está presentando actualmente: guerra entre Rusia y Ucrania, la escalada de precios de los alimentos y de los fertilizantes y la crisis económica ahondada por la pandemia.
La seguridad alimentaria existe “cuando toda persona en todo momento tiene acceso económico y físico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y preferencias encuanto alimentos a fin de llevar una vida sana y activa” (FAO, 1996)
Artículo 1). Sin embargo, hasta la actualidad los problemas alimenticios
subsisten, afectando a varias partes del mundo y golpeando en mayor
medida a los grupos más pobres y vulnerables. En efecto, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
alrededor de 1.100 millones de personas en todo el
planeta sufrían de hambre y subnutrición, y como es habitual los países
más pobres fueron los que presentaron una peor situación.
1 Cifra que se vio agravada por la crisis económica y el alza en los precios mundiales de alimentos registrada en los dos últimos años.
2 Existe subnutrición cuando la ingesta calórica es inferior a un mínimo calórico
necesario para realizar “una actividad ligera y mantener un peso corporal mínimo
aceptable para la altura alcanzada” (FAO, 2009).
3 Del total de personas con hambre y subnutrición en el mundo, el 63,1% se
localizaba en Asia y el Pacífico, el 26% en África Subsahariana, el 5,2% en América
Latina y el Caribe, el 4,1% en Cercano Oriente y África del Norte, y el 1,5% en los
países desarrollados.
En el caso del Ecuador, de igual manera, los problemas alimenticios no se ligarían a una insuficiente disponibilidad de alimentos, sino a la dificultad de las personas/hogares en acceder a una canasta de alimentos que satisfaga las necesidades básicas (Ramírez, 2002a y 2002).
4 La inseguridad alimentaria se define como la disponibilidad limitada o incierta de
alimentos nutricionalmente adecuados e inocuos, o la capacidad limitada e incierta de
adquirir alimentos adecuados en formas socialmente aceptables (Pelletier et.al, 2003).
Seguridad Alimentaria.
Aun cuando el crecimiento de la producción agrícola5 (4,9%) a lo largo de esta década ha sido muy superior al de la población6 (1,5%), existe una proporción de hogares ecuatorianos7 (8,7%) que no cuentan con los medios para acceder a la cantidad de alimentos suficiente para cubrir sus necesidades mínimas. En efecto, en el 2006, a pesar de que a nivel nacional la disponibilidad promedio de kilocalorías (2.273 kilocalorías diarias de los hogares era superior a la recomendación calórica promedio8, el
20% más pobre contaba en promedio con 1.911 kilocalorías diarias por
miembro del hogar (un 12% menos de lo requerido), mientras el 20%
más rico disponía de 2.374 kilocaloría
¿Sabías que en pleno siglo XXI hay 820 millones de personas que pasan hambre?
A pesar de que se genera riqueza constantemente y tenemos un potencial agrícola para dar de comer a millones de personas, la seguridad alimentaria sigue siendo una asignatura pendiente. Si tienes dudas sobre qué es exactamente la seguridad alimentaria o quieres saber más sobre ella ¡estás en el lugar correcto!
¿QUÉ ES LA SEGURIDAD ALIMENTARIA?
Cuando escuchamos hablar de “seguridad alimentaria” podemos pensar que el concepto se refiere solo a la importancia de consumir alimentos que no sean dañinos para nuestra salud. Y no es que esto sea incorrecto, pero la definición va mucho más allá…
La seguridad alimentaria implica:
Tener comida disponible
Que haya un modo de conseguirla (por ejemplo, dinero para comprar alimentos)
Que estos alimentos sean suficientes, inocuos y nutritivos para que nuestro cuerpo pueda conseguir la energía y nutrientes necesarios para tener una vida sana.
Y, por último, pero no más importante, que esta situación sea estable y continuada en el tiempo, no una odisea marcada por la incertidumbre.
En conclusión, para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la seguridad alimentaria se da cuando…
La seguridad alimentaria existe “cuando toda persona en todo momento tiene acceso económico y físico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y preferencias encuanto alimentos a fin de llevar una vida sana y activa” (FAO, 1996:
Artículo 1). Sin embargo, hasta la actualidad los problemas alimenticios
subsisten, afectando a varias partes del mundo y golpeando en mayor
medida a los grupos más pobres y vulnerables. En efecto, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(2009a) para el 2009 alrededor de 1.020 millones de personas1 en todo el
planeta sufrían de hambre y subnutrición2, y como es habitual los países
más pobres3 fueron los que presentaron una peor situación.
1 Cifra que se vio agravada por la crisis económica y el alza en los precios mundiales de alimentos registrada en los dos últimos años.
2 Existe subnutrición cuando la ingesta calórica es inferior a un mínimo calórico
necesario para realizar “una actividad ligera y mantener un peso corporal mínimo
aceptable para la altura alcanzada” (FAO, 2009a: 8).
3 Del total de personas con hambre y subnutrición en el mundo, el 63,1% se
localizaba en Asia y el Pacífico, el 26% en África Subsahariana, el 5,2% en América
latina y el Caribe, el 4,1% en Cercano Oriente y África del Norte, y el 1,5% en los
países desarrollados.
Por su parte Carla Jeanneh Calero León afirma que las causas de la inseguridad alimentaria pueden ser diversas y multifacéticas, e incluyen factores tales como inestabilidad política, guerras,choques económicos, condiciones climatológicas adversas, desbalances macroeconómicos, degradación ambiental, fenómenos naturales,
crecimiento poblacional, pobreza, desigual distribución de los alimentos al interior de los hogares, inequidad de género, entre otros (Smith et.
al, 2000; Iram y Butt, 2004; Smith y Subandoro, 2007). Sin embargo,
como sostiene Smith et. al (2000) todos estos factores de una u otra
manera están relacionados con dos causas fundamentales: insuficiente
disponibilidad de alimentos e insuficiente acceso a alimentos por parte
de las personas y hogares.
En los países en desarrollo y particularmente en la región de
América Latina y el Caribe (ALC), la inseguridad alimentaria estaría
más bien relacionada con la incapacidad de las personas para acceder
a los alimentos debido a su bajo poder adquisitivo (Smith et. al, 2000;
Loma-Ossorio y Lahoz, 2006). Como se muestra en el estudio de FAO
(2009b), con excepción de Haití todos los países de la región presentan
un superávit en la disponibilidad de alimentos, pero sigue siendo el
acceso a alimentos el “talón de Aquiles” de la región. Acceso que se
ha visto afectado aun más por la crisis de precios de los commodities
y la crisis financiera; las mismas que han desvaneciendo los esfuerzos
realizados por más de una década en la lucha contra el hambre.
En el caso del Ecuador, de igual manera, los problemas alimenticios no se ligarían a una insuficiente disponibilidad de alimentos, sinoa la dificultad de las personas/hogares en acceder a una canasta de alimentos que satisfaga las necesidades básicas (Ramírez, 2002a y 2002).
4 La inseguridad alimentaria se define como la disponibilidad limitada o incierta de
alimentos nutricionalmente adecuados e inocuos, o la capacidad limitada e incierta de
adquirir alimentos adecuados en formas socialmente aceptables (Pelletier et.al, 2003).
Aun cuando el crecimiento de la producción agrícola5 (4,9%) a lo largo
de esta década ha sido muy superior al de la población6 (1,5%), existe
una proporción de hogares ecuatorianos7 (8,7%) que no cuentan con los
medios para acceder a la cantidad de alimentos suficiente para cubrir sus
necesidades mínimas. En efecto, en el 2006, a pesar de que a nivel nacional la disponibilidad promedio de kilocalorías (2.273 kilocalorías diarias)
de los hogares era superior a la recomendación calórica promedio8, el
20% más pobre contaba en promedio con 1.911 kilocalorías diarias por
miembro del hogar (un 12% menos de lo requerido), mientras el 20%
más rico disponía de 2.374 kilocaloría
La seguridad alimentaria existe “cuando toda persona en todo momento tiene acceso económico y físico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y preferencias en cuanto alimentos a fin de llevar una vida sana y activa” (FAO, 1996: Artículo 1). Sin embargo, hasta la actualidad los problemas alimenticios subsisten, afectando a varias partes del mundo y golpeando en mayor
medida a los grupos más pobres y vulnerables. En efecto, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(2009a) para el 2009 alrededor de 1.020 millones de personas1 en todo el
planeta sufrían de hambre y subnutrición2, y como es habitual los países
más pobres3 fueron los que presentaron una peor situación.
1 Cifra que se vio agravada por la crisis económica y el alza en los precios mundiales de alimentos registrada en los dos últimos años.
2 Existe subnutrición cuando la ingesta calórica es inferior a un mínimo calórico
necesario para realizar “una actividad ligera y mantener un peso corporal mínimo
aceptable para la altura alcanzada” (FAO, 2009).
3 Del total de personas con hambre y subnutrición en el mundo, el 63,1% se
localizaba en Asia y el Pacífico, el 26% en África Subsahariana, el 5,2% en América
Latina y el Caribe, el 4,1% en Cercano Oriente y África del Norte, y el 1,5% en los
países desarrollados.